Imágenes
Las cadenas que más nos aprisionan son aquellas que menos nos pesan.
Madame Swetchine
Los años no hacen sabios; no hacen otra cosa que viejos.
La mujer que no ha sido hermosa no ha sido joven.
En el fondo, no hay en la vida sino lo que en ella ponemos.
¡Cuántas personas son como los perros, que van en busca de un amo!
La fuerza que sacamos del rencor y de la irritación es sólo debilidad.
Nunca perdonaremos bastante; pero olvidamos demasiado.
A medida que descubrimos nuevos misterios en nuestro corazón, la religión nos ofrece nuevas revelaciones; lleva su antorcha a todos los lugares de tinieblas.
Todo el mundo quisiera vivir largo tiempo, pero nadie querría ser viejo.
Hay muchas personas que no hablan nunca de sí mismas; pero esto lo hacen para pensar siempre en sí.
¡Cuántas gentes hay que, corno los perros, parecen buscar un dueño!
¿Qué hace falta para ser indulgente? Mucha rectitud de criterio y un poco de piedad en el corazón.
No nos cansemos de arrojar en nuestro camino simientes de benevolencia y de simpatía; es indudable que muchas se malograrán, pero una sola que fructifique embalsamará el aire y recreará nuestros ojos.
Los viajes son la parte frívola de la vida de las personas serias, y la parte seria de la vida de las personas frívolas.
Resignarse es colocar a Dios entre el dolor y uno mismo.
Gracias al ingenio nos divertimos, mas sólo gracias al corazón no nos aburrimos.
Esperamos que pueda suceder cualquier cosa, y nunca estamos prevenidos para nada.