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Es paradójico, Adelita. Eres de la primera generación de ratis capaces de otorgar dignidad a lo que hacemos, y posiblemente la última. Muy pronto anunciarán la privatización de la policía y todo aquello en lo que crees será dejado en manos de mercenarios.
Luis Sepúlveda
Tengo nombre de gringo. Onecén es el nombre de un santo de los gringos. Aparece en sus moneditas y se escribe separado con una letra "te" al final. One cent.
Soy agnóstico y para mí la vida es un bello desafío. Y como tengo la fortuna de saber interrelacionar dialécticamente todo lo que ocurre (soy Marxista) nunca he necesitado ni de supercherías religiosas ni de búsquedas de la luz para saber dónde está el camino que quiero recorrer.
El amor es sin duda el más intenso de los sentimientos porque es una suma de muchos; en el amor, como yo lo entiendo, confluyen la necesaria química entre dos personas, el erotismo, la lealtad y la más absoluta sinceridad.
Novelas que hablaban del amor con palabras tan hermosas que a veces le hacían olvidar la barbarie humana.
Los sueños que, aunque rotos no son por ello menos gloriosos.
Por primera vez se sintió acosado por el animal de la soledad; bicho astuto.
Si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo; y en la calle codo a codo somos mucho más que dos.
Los colonos se empeñaban en construir la obra maestra del hombre civilizado: el desierto.
Según los pasillos, el amor era como la picadura de un tábano; invisible, pero buscado por todos.
Leía lentamente, juntando las sílabas, murmurándolas a media voz como si las paladeara, y al tener dominada la palabra entera la repetía de un viaje. Luego hacía lo mismo con la frase completa, y de esa manera se apropiaba de los sentimientos e ideas plasmados en las páginas.
Está juntando odio, pero todavía no reúne el suficiente. Eso lleva tiempo.
Si no tenemos un punto fijo al que queremos llegar, damos vueltas y vueltas.
Era amor puro, sin posesión ni celos; nadie consigue atar a un trueno, nadie consigue apropiarse de los cielos del otro en el momento del abandono.
No, se trata del otro amor, del que duele.
Nunca confíes en la memoria, pues siempre está de parte nuestra; adorna lo atroz, dulcifica lo amargo, pone luz donde sólo hubo sombras. La memoria siempre tiende a la ficción.
La libertad es un estado de gracia y sólo se es libre mientras se lucha por ella.
El tigrillo capta el olor a muerto que muchos hombres emanan sin saberlo.
El aire se notaba cada vez más caliente y espeso. Pegajoso, se adhería a la piel como una molesta película, y traía desde la selva el silencio previo a la tormenta. De un momento a otro se abrirían las esclusas del cielo.
Me divierto mucho escribiendo y me gusta que la gente se lo pase bien con mis libros. Es una forma de contactarme con el mundo.
La historia es la que manda, y la hacen los personajes, no las virguerías plumíferas del autor ni su punto de vista.
La muerte es parte de la vida, es el cierre biológico y necesario de un ciclo. Sería insoportable ser inmortal.
Fue el descubrimiento más importante de toda su vida. Sabía leer. Era poseedor del antídoto contra el ponzoñoso veneno de la vejez.
Ahora llegan miles de turistas a mirar cómo caen cada vez más bloques de hielo, cómo los glaciares desaparecen, es decir, vienen alegremente a comprobar la muerte de estos paisajes. Hoy se paga para ser testigo de la muerte del mundo.
Todo es bello en el país de la memoria, no hay percances en el país de la memoria, no tiembla y hasta la lluvia es grata en el país de la memoria.
América Latina limita al norte con el odio y no tiene más puntos cardinales.
El sufrimiento no tiene mayores explicaciones, es parte del equilibrio de la vida. Se vive entre la alegría y el sufrimiento.
No existe la competencia en la literatura, eso se da tal vez en la economía, en el deporte, pero en la literatura no, porque hay una persona que se llama lector, que va a decidir si quiere leer ese libro o no y en eso es muy poco lo que se puede hacer para influir.
Muchas veces escuchó decir que con los años llega la sabiduría y él esperó, confiando en que tal sabiduría le entregara lo que más deseaba: ser capaz de guiar el rumbo de los recuerdos y no caer en las trampas que éstos tendían a menudo.
A veces suceden cosas que no dejan dormir, estorban a cualquier hora e impiden atender la conversación de mis amigos. Cuando esto ocurre hay que sentarse a poner orden, no importa dónde ni a qué hora, hay que sentarse y poner orden.
El cazador ha de ir siempre un poco hambriento, pues el hambre agudiza los sentidos.
Un mandato desconocido le indicaba que matarla era un imprescindible acto de piedad.
Él quería gritar, pero los roedores del pánico le destrozaban a dentelladas la lengua. Él quería correr, pero las delgadas serpientes voladoras le ataban las piernas.
Era un animal hermoso, una obra maestra de gallardía que ni el pensamiento era capaz de reproducir.
Deme una novela bien triste, con mucho sufrimiento a causa del amor, y con un final feliz.
Deseaban verlo, tenerlo, y también deseaban sentir su ausencia, la tristeza de no poder hablarle, y el vuelco jubiloso en el corazón al verle aparecer de nuevo.
Nunca pensó en la palabralibertad, y la disfrutaba a su antojo en la selva.
Le habló a la selva recibiendo la única respuesta del aguacero.