Imágenes
El mal conduce a la nada.
Luis Alberto Costales
La avaricia desgarra al pobre.
El olvido y la soledad pactan con la muerte.
La duda flagela la conciencia.
Estoy consciente, creo que he muerto la mitad de mi vida...
El amor salva al hombre, lo ennoblece, le dignifica a semejanza de Dios.
La fuerza oprime la inteligencia.
La soberbia crucifica la fe.
Que la eternidad fluya por mis manos y en los labios el alboroto colosal del cosmos.
La ingratitud atemoriza al mundo.
Cuando las sombras te sigan, levántate muy temprano.
Yo escribo este poema, que no debía escribir, en el cuaderno de la naturaleza atónita, con tinta usurpada a la noche, arrastrando niebla suspirante.
La vanidad saquea la dignidad.
Aspiro morir entre la penumbra de oro de una tarde, escuchando el musitar opaco y tenue de la lluvia...
El hombre combate en trágico escenario, entre la voluntad de vivir- génesis y la voluntad de morir- thanatos. Todos sus bienes sólo son vanidad, sus ilusiones locuras, mentiras, sus conquistas baldías; y la muerte su definitiva derrota.
El odio mata la bondad.
Fatígate para bien.
Pido perdón al tiempo. Pongo mi palabra en plaza pública - qué más da - para que le muerda un perro, le agreda la intemperie, le asfixie el smoke de tanta mentira, de tanto olvido putrefacto, que no pudo pasar por los sumideros sociales; y tanta moda burda...
La mujer cuando niña es libélula suavísima de prodigios alabastrinos; cuando joven es flor de vida; cuando madre tórnase sustancia del universo.
No quiero ser prisionero del tiempo y del espacio...
Frustra la muerte y el olvido con el velo azul de la poesía.
Con pensamientos claros y limpios y la práctica del bien seréis hombres transparentes y justipreciados, como el agua de las fontanas de las altas montañas, como el rocío que desciende del firmamento y se acuna y brilla en la mañana, como el diamante que resiste duros golpes y continúa impertérrito irradiando esplendores y venciendo las agresiones de la sombra y la tiniebla.
No te mezcles en la sonora lucha y el vaivén de las gentes, para que no te contamines de locura o vanidad.
La corrupción es podredumbre social.
El egoísmo enluta la amistad.
El Chimborazo me tomó de la mano para ascender con orgullo los altísimos estamentos ideales, de la belleza y la verdad.
Me duele el dolor del hombre con su eterna fatiga de deseos y su relatividad última.
... sentirás que la naturaleza te entrega sin reserva la inexhausta belleza de la vida. Yo sé que el Chimborazo, como buen caballero y amigo, te enviará su blanca filosofía de paz inconmovible.
¡No me importan los motivos económicos ni las finalidades utilitarias! Pero. ¡Oh... SI...¡ La blanca altivez de las montañas, que invaden el horizonte bajo un azul absorto y sin arrugas.
Pensar en Riobamba es limpiar la frente de toda escoria para imantarla con presagio lustral de ideales grandes. La amo con los cánones del alma, estoy cautivo en su piedra, su brisa, su paisaje...
La ambición inutiliza la paz.
Soy vecino de todos los elementos, especialmente de la libertad y del ensueño.
Un día... Sobre el llanto acumulado de los seres y la eterna conmoción de los mares, se alzará la savia límpida y clara de la vida y volverá a gemir alegremente la armonía y la esperanza. Del Universo se levantará el himno más intenso y alto para cantar la grandeza del hombre.
De vez en cuando me fumo un recuerdo, su humo se pone delante y no me deja ver tanta estupidez coexistente.
Esta es mi soledad, a donde no alcanza la envidia, sí, mi orgullo, tan simple como desnudarme ante el sol.
El vicio enferma los sentidos.
La hipocresía empaña al sol.
La ignorancia degenera la verdad.
Riobamba, la bella, grande y noble, ha sido y es gloria y fortuna, para quienes nacieron en ella.
He abierto El Libro para quedarme absorto setenta veces siete.