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El pensador religioso honrado es como uno que baila en la cuerda floja. Al parecer, camina en el mero aire. Su suelo es el más estrecho que pueda pensarse. Y sin embargo se puede caminar realmente en él.
Ludwig Wittgenstein
Lo inefable (aquello que me parece misterioso y que no me atrevo a expresar) proporciona quizá el trasfondo sobre el cual adquiere significado lo que yo pudiera expresar.
De lo que no podemos hablar debemos guardar silencio.
La religión dice: ¡Haz esto!, ¡piensa así! Pero no puede fundamentarlo y cuando lo intenta repugna; pues para cada una de las razones que dé, existe una razón contraria sólida. Más convincente seria decir ¡Piensa así!, por extraño que te parezca. O: ¿No quisieras hacer esto?, tan repugnante no es.
Por tanto, si quieres permanecer en lo religioso, tienes que luchar.
Wovon man nicht sprechen kann, darüber muß man schweigen.
Lo que se deja expresar, debe ser dicho de forma clara; sobre lo que no se puede hablar, es mejor callar.
Opino que el cristianismo dice, entre otras cosas, que todas las buenas doctrinas no sirven de nada. Debe cambiarse la vida (o la dirección de la vida).
Decir que la vida es problemática significa que tu vida no se ajusta a forma de la vida. En consecuencia, debes cambiar tu vida, y si se ajusta a la forma, desaparece lo problemático.
Trabajar en filosofía -como trabajar en arquitectura, en muchos sentidos- es en realidad un trabajo sobre uno mismo. Sobre la propia interpretación. Sobre el propio modo de ver las cosas -y lo que uno espera de ellas-.
¡No pienses, sino mira!
Ayúdate a ti mismo y ayuda a los demás con toda tu fuerza y al hacerlo ¡conserva la alegría! ¡Es difícil llevar una vida buena! Pero la vida buena es bella.
Nada es tan difícil como no engañarse.
La forma en que empleas la palabra Dios no muestra en quien piensas sino lo que piensas.
Wir fühlen, daß selbst, wenn alle möglichen wissenschaftlichen Fragen beantwortet sind, unsere Lebensprobleme noch gar nicht berührt sind. Freilich bleibt dann eben keine Frage mehr; und eben dies ist die Antwort.
Diles que mi vida fue maravillosa.
No sé por qué estamos aquí, pero estoy completamente seguro de que no es para divertirnos.
Aunque todas las posibles preguntas de la ciencia recibiesen respuesta, ni siquiera rozarían los verdaderos problemas de nuestra vida.
¿Qué te importa? ¡Ocúpate de ser tu mejor! Tal como eres, ni siquiera puede entender lo que aquí pueda ser la verdad.
La solución a los problemas que ves en tu vida es vivir en tal forma que desaparezca lo problemático.
Nuestras palabras sólo expresan hechos, del mismo modo que una taza de té sólo podrá contener el volumen de agua propio de una taza de té por más que se vierta un litro en ella.
El temor a la muerte es el mejor signo de una vida falsa, esto es, mala.
Si el cristianismo es la verdad, es falsa toda filosofía al respecto.
En filosofía el ganador de la carrera es aquél que sabe correr más lentamente; o el que llega último.
Una proposición sólo puede decir cómo es una cosa, pero no qué es ella.
Nuestra vida es como un sueño. Pero en las mejores horas nos despertamos lo suficiente como para darnos cuenta de que estamos soñando. La mayor parte del tiempo, sin embargo, estamos profundamente dormidos.
La fe firme. (Por ejemplo, es una predicción). ¿Es menos cierta que la convicción de una verdad matemática? Pero ¿se hacen por ello más semejantes los juegos lingüísticos?.
¡No juegues con las profundidades de otro!
De lo que no se puede resolver no se debe hablar.
El filósofo no es ciudadano de ninguna comunidad de ideas. Esto es lo que lo hace ser filósofo.
Por así decirlo, la religión es lo más profundo y tranquilo del mar, que sigue tranquilo por alto que las olas suban.
La filosofía es una lucha contra el embrujamiento de nuestra inteligencia mediante el uso del lenguaje.
Revolucionario será aquel que pueda revolucionarse a sí mismo.
Me parece que una fe religiosa podría ser algo así como el apasionado decidirse por un sistema de referencias. Como si además de ser fe, fuera una forma de vida o una forma de juzgar la vida. Una aprehensión apasionada de esta concepción. Y la instrucción en una fe religiosa debería ser, pues, la exposición, la descripción de ese sistema de referencias y a la vez un hablar a la conciencia.
El sentido del mundo debe quedar fuera del mundo. En el mundo todo es como es y sucede como sucede: en él no hay ningún valor, y si lo hubiera no tendría ningún valor.
De lo que no puedo hablar tengo la obligación de callarme.
El sentido del mundo tiene que residir fuera de él y, por añadidura, fuera del lenguaje significativo.
La sabiduría es algo frío y, en esa medida, tonto. (La fe, por el contrario, una pasión.) También podría decirse: la sabiduría sólo te encubre la vida. (La sabiduría es como una ceniza gris y fría que cubre las brasas.)
Pues una buena doctrina no debe apresarnos, se la puede sugerir, como la prescripción del médico. Pero aquí debemos ser apresados y volteados. (Esto quiere decir que así lo entiendo yo.) Y una vez volteados, debemos permanecer así.
No nos damos cuenta de la prodigiosa diversidad de juegos de lenguaje cotidianos porque el revestimiento exterior de nuestro lenguaje hace que parezca todo igual.