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Los gobiernos son velas; el pueblo, el viento; el Estado, la nave, y el tiempo, el mar.
Ludwig Börne
No existe ningún hombre que no ame la libertad; pero el justo la pide para todos y el injusto únicamente para sí.
La humanidad es la inmortalidad del hombre mortal.
Merece el nombre de persona agradecida la que publica el beneficio recibido; demuestra empero mayor agradecimiento el que se olvida del beneficio para recordar únicamente al bienhechor.
La cortesía es el papel del estado del corazón, que frecuentemente rinde tantos mayores intereses cuanto más incierto es el capital.
La luz que derraman los llamados comunicados oficiales, no es, a menudo, más que un fuego fatuo como guía en un pantano.
La prudencia es a menudo tan molesta como la luz de la lámpara en una alcoba.
La mujer es para el hombre un horizonte donde se unen el cielo y la tierra.
Los diplomáticos ven con las orejas; el aire, no la luz, es su elemento. Por esta razón prefieren la calma y la oscuridad.
La astucia es a menudo molesta como una lámpara en un dormitorio.
El humorismo no es una facultad del espíritu sino del corazón.
Der Leichtsinn ist ein Schwimmgürtel für den Strom des Lebens.
No esperes al Juicio Final. Tiene lugar todos los días.
La tranquilidad es felicidad cuando es reposo, cuando la hemos apetecido y cuando, por fin, la hallamos después de haberla buscado; pero equivale a infelicidad cuando la tranquilidad es nuestra sola ocupación.
La vida sería un continuo desangramiento si no fuese por la poesía. Esta nos da lo que la Naturaleza nos niega: una edad de oro que jamás envejece, una primavera en continua floración, una felicidad sin nubes, una juventud eterna.
La mujer vive sólo para amar; ella se encuentra a sí misma solamente cuando se pierde en un hombre.
La incesante aspiración de la mujer es inspirar amor.
Se ha calculado que el número de pícaros que se aprovechan de las ventajas de la sociedad burguesa es mucho mayor que el de las personas honradas que disfrutan de aquéllas.
Los hombres que aprenden lenguas extranjeras con facilidad, tienen comúnmente un carácter tenaz.
El hombre más peligroso es aquel que tiene miedo.
Hay ciertas cariátides políticas que se presentan con máscaras trágicas o grotescas, como si soportasen sobre sus espaldas todo el peso del edificio del Estado, y resulta que no son más que la parte inferior de la casa.
Los hombres que aprenden fácilmente las lenguas extranjeras suelen tener un carácter fuerte.
El hombre debe aprender a conocer a otros, para llegar a conocerse a sí mismo.
El secreto de toda la fuerza consiste en saber que los demás son más viles que nosotros.
La diferencia entre la libertad y las libertades es tan grande como entre Dios y los ídolos.
La amada es leche, la novia manteca, la mujer queso.
No arrepentirse de nada es el principio de toda ciencia.
Agotad antes todas las locuras: así se llega a la tierra de la sabiduría.
Lo que el vértigo es para el cuerpo, eso es la embarazosa timidez para el alma.
Ningún poeta ha celebrado bellamente los lindos ojos de su propia mujer.