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No puede depositarse ninguna confianza en los compañeros de gobierno; la autoridad, cualquiera que sea su forma, no sufre ser compartida con otro.
Lucano
En voluntades suele repugnantes súbitos infundir tiernos amores.
Mal perderán si mando los humanos cuando para ganarte aún sobran manos.
Y rara vez la suerte en su vaivenes conforma las edades con los bienes.
A ti te sigo, oh Fortuna; ¡se acabaron ya los pactos! Nos hemos entregado en las manos del Destino; sea la guerra nuestro juez.
Adondequiera lleven los hados, la virtud los seguirá decididamente.
Pensar que nada está hecho mientras quede algo por hacer.
Que al ciego efecto la razón sujeta, no ve el peligro, o, si le ve, le aceta.
¡Tan miserable es salir vencedor en una guerra civil!
El crimen hace iguales a todos los contaminados por él.
No se interprete culpa la defensa, ni se adelante, si el vencer consigo, a la venganza el brazo ni el castigo.
El temor del mal futuro ha puesto a muchos en gran peligro.
La ociosidad hace siempre inconstante al espíritu.
Quien niega lo que es de justicia a un hombre armado, al fin tiene que entregarle todo.
Solo a quienes están próximos a morir les es permitido conocer que la muerte es una felicidad; los dioses ocultan este conocimiento a los que tienen todavía que vivir para que puedan seguir el camino de la vida.
No le agrada el entrar por las puertas abiertas tanto como el forzarlas.
Así a un tiempo vencida y vencedora, rendimientos celebra y triunfos llora.
También las ruinas perecieron.
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