Imágenes
Es un gran privilegio ser capaz de trabajar con mis sentimientos (y también fuera de ellos) a través de la escultura.
Louise Bourgeois
Para defenderse, se identifica con el pene, trata de tomar la misma arma del agresor. Este es un problema que parte de la infancia y de la falta de una educación razonable y comprensiva. Cuando yo era chica, se hablaba del sexo como de algo peligroso. Es importante mostrar a las chicas.
Por eso, hacía las obras y las escondía. Aunque nunca destruí ninguna, he guardado cada pieza. Hoy estoy haciendo un esfuerzo por cambiar.
En un momento me sentí acosada por la ansiedad. Pero me deshice del miedo estudiando el cielo, determinando cuándo saldría la luna y dónde aparcería el sol por la mañana.
Para mí fue un suceso afortunado que el mercado de arte decidiera dejarme de lado, así pude trabajar a mi aire durante quince años. Tuve el privilegio de gozar de mi propia intimidad.
El falo es un objeto donde proyecto mi ternura. Esta pieza trata de la vulnerabilidad y de la protección. Tengo una familia de cuatro varones, también supe cuidar a mi hermano menor. Y aunque siento que el falo necesita de mi protección, eso no significa que deje de tenerle cierto miedo...
La necesidad interior de un artista de ser artista conecta íntimamente con su género y su sexualidad.
No soy lo que soy, soy lo que hago con mis manos.
El arte es una garantía de cordura. Eso es lo más importante que he dicho.
De niña, me daba mucho miedo cuando en la mesa del comedor mi padre no dejaba de alardear, se jactaba una y otra vez de sus logros. Y cuanto más grande pretendía volver su figura, más insignificantes nos sentíamos sus hijos. Mi fantasía era: lo agarrábamos con mis hermanos, lo poníamos sobre la mesa, lo troceábamos y lo devorábamos...
Una mujer no tiene lugar como artista hasta que prueba una y otra vez que no será eliminada.
Ser sexual es algo natural y que los hombres también pueden sentirse desamparados y vulnerables.
Cuando nací mis padres peleaban como gatos y perros. El país se preparaba para la guerra y mi padre, que quería un niño, me tuvo a mí.
Para mí, la escultura es el cuerpo. Mi cuerpo es mi escultura.
El arte es la manipulación sin intervención.
Mi madre es restauradora, repara cosas rotas. Yo no hago eso. Yo destruyo cosas. No me muevo en una línea recta. Tengo que destruir, reconstruir y destruir de nuevo. Mi ritmo no es el mismo. Mi madre se movía en una línea recta: en cambio yo voy de un extremo al otro.
La palabra de un artista siempre debe ser tomada con cautela.
Tenía la sensación de que la escena artística pertenecía a los hombres y de que yo estaba, en cierto sentido, invadiendo sus dominios.
Mi infancia no ha perdido nunca su magia, ni su misterio, ni su dimensión dramática.
Lo que me interesa es la conquista del miedo, su ocultamiento y la huída de él, enfrentarse con el miedo, exorcizarlo, avergonzarse de él, por último, tener miedo de tener miedo.
Tengo un gran complejo de culpabilidad a la hora de promover mi obra, tanto es así que cada vez que he estado a punto de abrir una muestra, me daba algún tipo de ataque. De modo que en un momento decidí no intentarlo más.
El rojo es sangre, dolor, violencia, peligro, venganza, celos, resentimiento, culpa. Son sentimientos cotidianos.
Mi obra perturba a la gente y nadie quiere ser perturbado. La gente no es plenamente consciente del efecto que mi trabajo tiene sobre ellos, pero ellos saben que es perturbador.
La arquitectura tiene que ser un objeto de nuestra memoria. Cuando evocamos, cuando conjuramos la memoria para hacerla más clara, apilamos asociaciones de la misma manera que apilamos ladrillos para construir un edificio. La memoria es una forma de arquitectura.
Cada día has de abandonar tu pasado, o aceptar. Si no lo puedes aceptar, te convertís en escultora.
A veces es necesaria la confrontación y eso me gusta.
En todos los lugares del mundo moderno hay abandono, la necesidad de ser reconocidos, que no está satisfecha. El arte es una forma de reconocerse a uno mismo, razón por la cual, siempre será moderno.
Un artista es capaz de mostrar cosas que a otras personas les aterraría expresar.
Mis obras son una reconstrucción del pasado. En ellas el pasado se ha vuelto tangible; pero al mismo tiempo están creadas con el fin de olvidar el pasado, para derrotarlo, para revivirlo en la memoria y posibilitar su olvido.