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El destino de los hombres está gobernado por sus acciones pasadas y presentes.
Lin Yutang
No hay condición tan baja que no tenga esperanzas, ni ninguna tan alta que no inspire temor.
De todos los derechos de las mujeres, el más grande es el de ser madre.
Nuestras vidas no están en manos de los dioses, sino en manos de nuestros cocineros.
Sólo se puede pronunciar el juicio final sobre un hombre cuando se ha clavado la tapa de su ataúd.
La sabiduría de la vida consiste en la eliminación de lo no esencial. En reducir los problemas de la filosofía a unos pocos solamente: el goce del hogar, de la vida, de la naturaleza, de la cultura.
Hay dos maneras de difundir la luz... ser la lámpara que la emite, o el espejo que la refleja.
Los libros no deben clasificarse nunca. Clasificarlos es una ciencia, pero no clasificarlos es un arte.
Todos los trajes de las mujeres son solamente una transacción entre el deseo manifiesto de vestirse y el deseo encubierto de desnudarse.
El arte de vivir no es el negocio de vivir.
Es importante que el hombre sueñe, pero lo es igualmente que pueda reírse de sus sueños.
Una carta es un soliloquio, pero una carta con postdata es ya una conversación.
El hombre superior ama su alma; el hombre inferior ama su propiedad.
Si no puedes vivir una vida bella, debes soñarla.
Vive como si no fueras a morir nunca, actúa como si fueras a morir mañana.
Un placer como el de una conversación perfecta es necesariamente raro, porque los sabios rara vez saben hablar y los que hablan rara vez que son sabios.
El humor es parte de la vida y en consecuencia no debe ser excluido, ni aún de la literatura seria.
Los que son sabios, poco hablan; y los que hablan mucho, son poco sabios.
Ser justo con los que conmigo son justos es completamente natural, pero ser justo con los que son injustos conmigo es sin duda un signo de superioridad.
La vida está compuesta de insignificancias; el año de instantes y las montañas de granos de arena. Por lo tanto no subestimes nada, por pequeño que te parezca.
Es muy simple; cuando uno quiere a una persona puede llamarla por cualquier nombre, que siempre tiene un sentido cariñoso.
Un hombre educado es el que tiene los amores y los odios juntos.
La mitad de la belleza depende del paisaje y la otra mitad del hombre que la mira.
En esta vida hay lágrimas, y lo que importa, después de todo, es ante lo que lloramos.
Bromear es una de las cosas amenas de la vida, pero cuesta muchos años de aprendizaje.
No hay una edad para empezar a ser galante ni para dejar de serlo.
La belleza de la vida humana consiste en que, al revisar nuestras resoluciones el día de fin de año, descubrimos que hemos cumplido una tercera parte, hemos dejado sin cumplir otro tanto, y no podemos recordar a qué se refería la otra tercera parte.
El máximo de poder es la iniciación de la decadencia.
Perdonamos a los grandes del mundo porque han muerto; pero en vida son imperdonables.
La sabiduría de vivir consiste en eliminar lo que no es indispensable.
Por estar en conformidad con el Tao, es eterno, y toda su vida está protegida de daño.
La función química del humor es ésta: cambiar el carácter de nuestros pensamientos.