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Cuando tienes un buen profesor de física, tú quieres ser físico; cuando tienes un buen profesor de filosofía, tú quieres ser filósofo.
Leopoldo Calvo-Sotelo
Tengo solidaridad de ex presidente con Aznar, porque somos pocos, debemos apoyarnos y vamos a hacer un sindicato de ex presidentes, porque además lo de 'ex' es el único puesto vitalicio que se conserva hasta la muerte.
El llamado ejercicio del poder se parece mucho al ejercicio funámbulo de la cuerda floja, es una angustia que no cesa, la esperanza de un futuro mejor que no existe, un presente ahogado entre el escozor de ayer y la incertidumbre de mañana.
No es verdad que el político cesante se quede enfermo de melancolía y quiera volver al paraíso perdido. La púrpura del poder es pesada y deja más alivio que nostalgia cuando se pierde.
Allí donde existen políticas monetarias y presupuestarias holgadas, por no decir expansivas, no hay menor inflación sino mayor crecimiento de los precios y no hay mayor ocupación sino más paro.
Echo de menos todos los días a Felipe González. El PSOE era entonces un partido de Estado y con sentido de la responsabilidad.
Es achaque de gobiernos primerizos dejar la economía en manos expertas, porque al profano le parece difícil, y tomar en manos propias, no expertas, la política exterior, porque al profano le parece fácil.
Es momento para proclamar nuestra fe en el orden constitucional y declarar paladinamente que hoy un auténtico grito de ¡Viva España! no encierra una verdad distinta que la de ¡Viva la Constitución! y ¡Viva la democracia!
Su ejemplaridad fue máxima cuando creyó que resistir en la Moncloa era un mal servicio a España. Su decisión no fue hija de la desgana de poder, porque en pocas personas se habrá dado tanta y tan noble ambición de Gobierno como en Adolfo Suárez.
Los hombres carismáticos pueden modificar con su peso la exacta geometría de las instituciones democráticas, como las grandes masas deforman la geometría del espacio en las ecuaciones de Einstein.
Creo que ha gobernado durante muchos años bien, con errores, sobre todo al final, que le han costado la Presidencia.
La Transición española constituye un punto y seguido de la historia de España y nunca fue una solución final como algunos malévolamente pretenden.
A mí me costó muchas noches de vigilia saber qué es la fe católica y también otras cosas. En gran parte mi decisión de leer viene de ahí.
Me acuso de aburrimiento en las reuniones de partido, en los comités locales, en los comités provinciales y en los comités nacionales. y de haberme orientado, como Juan Ramón, a la minoría siempre, que es mala brújula en una monarquía parlamentaria.
Las razones del éxito de UCD fueron las mismas que la de su rotundo fracaso. UCD nació para hacer lo que hizo y estaba condenada a desaparecer cuando ya estuviera hecho.
Es preocupante que este Gobierno diga que la Transición no vale y que hay que hacer otra. Es un error de gente joven imprudente e ignorante creer que cada veinte años se pude andar rehaciendo las estructuras básicas de España.
No ha sido la menor de mis desventajas en la política el hecho de haberlo aprendido casi todo de los libros.
El problema del terrorismo no es sólo, como se dice a menudo, un problema de Estado, sino que es el gran problema que pone en riesgo la propia realidad del Estado.
El Rey se ganó el Trono de sus antepasados medievales en la noche del 23-F y sumó la legitimidad de ejercicio al origen que ya tenía.
Sí, sin vacilaciones ni reservas mentales ni de ningún orden, a las autonomías. Pero no, claramente no, a un entendimiento ligero de las autonomías como disolución de una patria común forjada por la historia.
Me acuso de candor, de haber preferido siempre la inteligencia a la lealtad, de haberme dejado seducir por el brillo de los inteligentes, de no cuidar la fidelísima fidelidad de los fieles.
Creo que mi Gobierno cumplió el objetivo de hacer justicia civil y de devolver a los españoles la fe quebrantada en la monarquía parlamentaria.