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Realmente el hombre es el rey de las bestias, porque su brutalidad excede la de ellas. Vivimos de la muerte de otros, somos como cementerios andantes. Llegará el momento en que el hombre verá el asesinato de los animales como ahora ve el asesinato de los hombres.
Leonardo da Vinci
Los cuartos o habitaciones pequeñas concentran el espíritu; los grandes, lo dispersan.
¿No ves tú que el tesoro no honra a su acumulador, después de su vida, como hace la ciencia, que atestigua y proclama a su creador, porque es hija de quien la genera y no hijastra como la pecunia?
Toda cosa desea naturalmente mantenerse en su ser.
La hiedra tiene larga vida.
El ojo recibe de la belleza pintada el mismo placer que de la belleza real.
Los hombres geniales empiezan grandes obras, los hombres trabajadores las terminan.
Yo, vuestro servidor, he meditado sobre el problema del molino y he descubierto que, con la ayuda del Señor, se podría construir uno que trabaje con viento en lugar de con agua, y no sólo sería más fácil de usar, sino que funcionaría en cualquier parte.
Es imposible amar algo ni odiar algo, sin empezar por conocerlo.
El sol no se mueve.
Comer con desgana convierte el alimento en repulsivo manjar.
No se puede poseer mayor gobierno, ni menor, que el de uno mismo.
La naturaleza está repleta de razonamientos que no tuvo nunca la experiencia.
Desde una edad temprana he rechazado el uso de la carne y llegará el día en que hombres como yo, verán el asesinato de animales como ven el asesinato de personas.
Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo.
Pide consejo al que sabe corregirse a sí mismo.
La constancia no está en empezar sino en preservar.
Así, el estudio sin voluntad malogra la memoria, que no retiene entonces nada de lo que toma.
Los ambiciosos que no se contentan con el beneficio de la vida y la belleza del mundo, tienen por castigo el no comprender la vida y el quedar insensibles a la utilidad y belleza del universo.
El buen juicio nace de la buena inteligencia y la buena inteligencia deriva de la razón, sacada de las buenas reglas; y las buenas reglas son hijas de la buena experiencia: madre común de todas las ciencias y las artes.
¿No ves tú que, entre las humanas bellezas, un bellísimo rostro detiene a los transeúntes mejor que las riquezas que lo encuadran?
La naturaleza, siempre benigna, ha provisto todo de manera que en todas partes puedas encontrar algo de que aprovecharte.
Yo renuncié a comer carne cuando era joven y llegará el tiempo en que los hombres condenarán, como yo, al asesino de animales del mismo modo como se condena al asesino de hombres.
Pero vanas y llenas de errores me parecen aquellas ciencias que no nacen de la experiencia, madre de toda certidumbre, ni terminan en una noción experimental; es decir, tales que, ni su origen ni su medio, ni su fin pasan por ninguno de los cinco sentidos.
Como el hierro, por falta de ejercicio, se cubre de herrumbre, y el agua se corrompe o se hiela por la misma causa, así el ingenio, sin ejercicio, se deteriora.
El que está fijo a una estrella no se vuelve.
Dirán que por no ser yo un hombre de letras, no puedo expresar bien lo que deseo tratar. Pero ellos no saben que mis cosas han de ser tomadas, más que de las palabras ajenas, de la experiencia, que es la maestra de quien bien escribe, y como tal la tomo como maestra, y en todos los casos la alegaré.
Adquiere en tu juventud lo que disminuirá el daño de tu vejez. Y si tú eres de los que cree que la vejez tiene por alimento la sabiduría, arréglatelas en tu juventud de tal modo que a tu vejez no le falte tal sustento.
La vida ocupada resulta larga.
Quien piensa poco, se equivoca mucho.
Las espadas y lanzas por sí mismas son inofensivas; el que por sí mismo es apacible y sin maldad alguna, se volverá feroz y terrible a causa de las malas compañías.
Todo lo que hay de bello en el hombre pasa y no dura.
Apenas nace la virtud, cuando ya genera contra sí la envidia, pues antes verás un cuerpo sin sombra que la virtud sin la envidia.
Aquel que le gusta la práctica sin la teoría, es como el marino que navega barcos sin timón ni brújula y nunca sabe dónde anclar.
Si la naturaleza hubiera fijado una sola regla para la calidad de los miembros, las fisonomías de todos los hombres serían semejantes, y no sería posible distinguirlas unas de otras; pero ella ha variado de tal modo las cinco partes del rostro que, aunque haya establecido una regla general para la proporción, no ha seguido ninguna para la calidad; de manera que es fácil reconocer cada semblante.
El mal que no me perjudica es como el bien que no me aprovecha.
Así como el hierro se oxida por falta de uso, también la inactividad destruye el intelecto.
Quien condena la pintura, condena la naturaleza, puesto que las obras del pintor representan las obras de la naturaleza. El que así blasfema carece, pues, de sentimiento.
La vida bien cumplida es siempre larga.
Una ciencia es tanto más útil cuanto más universalmente pueden comprenderse sus producciones; y, al contrario, lo serán menos en la medida en que éstas sean menos comunicables.