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... no conviene cambiar de caballo cuando se cruza un torrente.
León Trotski
La Revolución de octubre sentó las bases para una nueva cultura tomando a todos en consideración. Aun suponiendo que debido a las desfavorables circunstancias y los hostiles golpes el régimen soviético fuera derrocado temporalmente, la huella inexpugnable de la Revolución de octubre, empero, sería un ejemplo para todo el desarrollo futuro de la humanidad.
No hay más que una alternativa: ¡o la revolución rusa desencadena un movimiento revolucionario en Europa, o las potencias aplastarán la revolución rusa!
En las condiciones de la Revolución, querer realizar la democracia total contra el socialismo -conceptuado prematuro- equivalía, políticamente, a derivar de la posición proletaria a la posición de la pequeña burguesía, a convertirse en el ala izquierda de la revolución nacional.
Que Stalin alcanzase su posición fue la suprema expresión de la mediocridad del aparato.
En 1883 nació en la emigración el primer grupo marxista. En 1898, en una asamblea clandestina fue proclamada la creación del partido social demócrata obrero ruso; en esta época nos llamábamos todos socialdemócratas.
La fuerza principal de Lenin estaba en comprender la lógica interna del movimiento y en dirigir su política de acuerdo con ella. No imponía sus planes a las masas, sino que ayudaba a éstas a tener conciencia de sus propios planes y a realizarlos.
Ha llegado la hora de quitarnos nuestra camisa sucia, de ponernos ropa limpia.
El partido comunista es el arma principal de la acción revolucionaria del proletariado, es la organización de combate de su vanguardia, que debe erigirse en guía de la clase obrera en todos sus combates y, por tanto, también en el movimiento sindical.
Toda la Conferencia de Abril del partido se consagró a la siguiente cuestión esencial: ¿Vamos a la conquista del Poder para realizar la revolución socialista, o ayudamos a perfeccionar la revolución democrática?
Todo lo que nace es digno de perecer.
Nos hallamos todavía ante décadas de trabajo obstinado, de faltas, de correcciones y de reconstrucción. Por otra parte, no olvidemos que la edificación socialista no puede alcanzar su coronamiento más que sobre el plano internacional.
El partido es el instrumento esencial de la revolución proletaria. Nuestra experiencia de un año (febrero de 1917-febrero de 1918) y las complementarias de Finlandia, Hungría, Bulgaria, Italia y Alemania, casi nos permiten enunciar como ley inevitable la crisis dentro del partido cuando se pasa del trabajo de preparación revolucionaria a la lucha directa por el Poder.
Mientras más largo sea el tiempo que la URSS permanezca rodeada por un medio capitalista, más profunda será la degeneración de los tejidos sociales. Un aislamiento indefinido provocaría infaliblemente, no el establecimiento de un comunismo nacional, sino la restauración del capitalismo.
... cuánto temía Lenin dejar pasar el momento de la insurrección.
Sabemos que la socialdemocracia se considera el doctor democrático del capitalismo. Nosotros, los comunistas, somos sus enterradores revolucionarios.
Para mí, los mejores y más caros productos de la civilización han sido siempre -y lo siguen siendo- un libro bien escrito, en cuyas páginas haya algún pensamiento nuevo, y una pluma bien tajada con la que poder comunicar a los demás los míos propios.
Los dirigentes de los partidos comunistas europeos que no hiciera un estudio crítico, con todos sus pormenores, de la historia de aquella revolución, se asemejarían al caudillo que, conforme se preparase de momento a nuevas guerras, no estudiara la experiencia estratégica, táctica y técnica de la última guerra imperialista. Un caudillo así condenaría a la derrota sus ejércitos.
Hemos dicho, y lo repetimos, que en ningún caso puede ni debe el estudio de nuestras divergencias ser considerado un arma dirigida contra los compañeros que entonces practicaron una política errónea.
No hay mejor prueba de los puntos de vista revolucionarios que la aplicación de ellos durante la revolución, así como el método de natación se comprueba mejor cuando el nadador se arroja al agua.
No creer en la fuerza es lo mismo que creer en la gravitación.
Sin un apoyo estatal directo del proletariado europeo, la clase obrera de Rusia no podrá mantenerse en el poder y transformar su dominación temporal en una dictadura socialista duradera. De ello no cabe dudar ni un instante.
La insurrección es un arte, y como todas las artes, tiene sus leyes.
La antropología, la biología, la fisiología, la psicología, han reunido verdaderas montañas de materiales para erigir ante el hombre, en toda su amplitud, las tareas de su propio perfeccionamiento corporal y espiritual y de su desarrollo ulterior.
Sería ridículo, absurdo e incluso estúpido hasta más no poder, pretender que el arte permanecerá indiferente a las convulsiones de nuestra época.
No era cierto que debiesen mediar largos años entre la revolución burguesa y la revolución proletaria;...
La clase obrera lucha y madura con la conciencia de que su adversario es más fuerte que ella. Así lo observa de continuo en la vida corriente. Tiene el adversario riqueza, poder estatal, todos los medios de presión ideológica y todos los instrumentos de represión.
El bolchevismo no es una doctrina, o no es sólo una doctrina, sino un sistema de educación revolucionaria para llevar a cabo la revolución proletaria.
Pero en la Unión Soviética todavía no existe el socialismo. Un estado de transición, cuajado de contradicciones, cargado con la pesada herencia del pasado, sufriendo la presión enemiga de los Estados capitalistas: esto es lo que allí domina.
Son los hombres los que preparan los acontecimientos, son los hombres los que los realizan, y los acontecimientos a su vez actúan sobre los hombres y los cambian. El arte refleja, de forma directa o indirecta, la vida de los hombres que realizan o viven los acontecimientos.
Una revolución no es digna de llamarse tal si no prodiga el mayor cuidado posible a los niños, la futura generación para cuyo beneficio se llevó a cabo la revolución.
En un partido revolucionario, debe combinarse la dosis necesaria de conservatismo con la ausencia total de rutina; la flexibilidad de orientación y la audacia en la acción.
El socialismo significará un salto del reino de la necesidad al reino de la libertad...
¿Que significa dejar pasar el momento? Evidentemente, es la situción más favorable para la insurrección cuando más nos favorece la correlación de fuerzas.
Sin una organización dirigente la energía de las masas se disiparía, como se disipa el vapor no contenido en una caldera. Pero sea como fuere, lo que impulsa el movimiento no es la caldera ni el pistón, sino el vapor.
Exponer a los oprimidos la verdad sobre la situación es abrirles el camino de la revolución.
Ante la pasividad del partido, las esperanzas de las masas ceden el puesto a la desilusión, y entretanto, se repone de su pánico el enemigo, y de esta desilusión saca ventaja.
Si en general es el tiempo un factor importante de la política, se centuplica su importancia en época de guerra y de revolución.
La propiedad del Estado no es la de todo el pueblo más que en la medida en que desaparecen los privilegios y las distinciones sociales y en que, en consecuencia, el Estado pierde su razón de ser. Dicho de otra manera: la propiedad del Estado se hace socialista a medida que deja de ser propiedad del Estado.
La URSS es una sociedad intermediaria entre el capitalismo y el socialismo, en la que: a) Las fuerzas productivas son aún insuficientes para dar a la propiedad del Estado un carácter socialista... g) La evolución de las contradicciones acumuladas pueden conducir al socialismo o lanzar a la sociedad hacia el capitalismo.