Frases de León Tolstói

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Yo que he estudiado todas las filosofías me he convencido de su inanidad.

Lástima es siempre el mismo sentimiento, no importa, lo sientas por un animal o por un hombre o por una mosca.

La finalidad de la guerra es el homicidio; sus instrumentos, el espionaje, la traición, la ruina de los habitantes, el saqueo y el robo para aprovisionar al ejército, el engaño y la mentira, llamadas astucias militares.

La única intención de la vida es servir al género humano.

Son las mujeres quienes crean la opinión pública.

La vida consiste en la comprensión de la verdad.

En el amor sobreviene un momento en que llega a su apogeo; en ese momento no tiene nada de reflexivo ni de sensual: es sólo pureza moral.

Si un hombre aspira a vivir una vida más amorosa y espiritual, su primera decisión debería ser la de abstenerse de matar y comer animales.

A ojos del infinito, todo orgullo no es más que polvo y ceniza.

La vida conyugal es una barca que lleva dos personas en medio de un mar tormentoso; si uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hundirá.

Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal: el buen juicio no necesita de la violencia.

No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo.

Ve a un rincón hasta que dejes de pensar en osos blancos.

El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere sino en querer siempre lo que se hace.

Sólo hay una cosa que define una acción como buena o mala: si aumenta la cantidad de amor en el mundo, es buena. Si separa a las personas y crea animosidad entre ellas, es mala.

He adquirido la convicción de que casi todos eran hombres inmorales, malvados, sin carácter, muy inferiores al tipo de personas que yo había conocido en mi vida de bohemia militar. Y estaban felices y contentos, tal y como puede estarlo la gente cuya conciencia no los acusa de nada.

Todas las familias dichosas se parecen unas a otras; cada familia infeliz es infeliz a su manera.

Todo, todo lo que comprendo, lo entiendo porque lo amo.

Todas las familias felices se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera.

Mi silencio les estorba. Yo era como botella al revés cuya agua no puede salir porque la botella está demasiado llena.

Las costumbres de la clase militar son la disciplina, el ocio, la ignorancia, la crueldad, el libertinaje y la borrachera, es decir, la falta de libertad. A pesar de todo esto, esa clase superior es respetada por todos.

Maltratar a los animales es demostrar cobardía e ignorancia.

La más poderosa de las armas de la ignorancia, la difusión de material impreso.

Para los historiadores, los príncipes y los generales son genios; para los soldados siempre son unos cobardes.

La vida pasa y el ser, como la bellota, como el niño, o a veces como el adulto, no advierte ese movimiento, ni lo impulsa ni lo estorba.

Todos los reyes, excepto el de China, llevan el uniforme militar y se conceden las mayores recompensas al que ha matado más gente... Los soldados se reúnen como, por ejemplo, sucederá mañana, para matarse unos a otros. Se matarán y se mutilarán decenas de miles de hombres y, después, se celebrarán misas de acción de gracias porque se ha exterminado a mucha gente.

Debe valorarse la opinión de los estúpidos: están en mayoría.

La historia se asemeja a un sordo que contesta preguntas que nadie hace.

Quien tiene dinero tiene en su bolsillo a quienes no lo tienen.

Un ruso está seguro de sí mismo porque no conoce nada y no quiere conocer nada, porque no cree que se pueda conocer nada por completo.

El conocerse demasiado o demasiado poco, constituye un estorbo para el acercamiento de dos personas.

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