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Cuando pienso en todos los males que he visto y sufrido a causa de los odios nacionales, me digo que todo ello descansa sobre una odiosa mentira: el amor a la patria.
León Tolstói
¡Qué triste era amar y odiar al mismo tiempo!
Todo acaba bien para todo el que sabe esperar.
Los estados necesitan ejércitos para protegerse de sus súbditos esclavizados y oprimidos.
Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados, médicos y maestros, sería oportuno saber si por ventura no se está muriendo de hambre.
El único sentido de esta vida consiste en ayudar a establecer el reino de Dios.
El dinero no representa más que una nueva forma de esclavitud, la esclavitud impersonal, que ha sustituido a la antigua esclavitud personal.
Compadezco al que no conoce el ajedrez. Causa ya alegría al aprendiz; al veterano le produce sumo placer.
La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón.
La fe es el conocimiento del sentido da la vida humana, conocimiento que hace que el hombre no se destruya sino que viva. La fe es la fuerza de al vida.
Un hombre es como una fracción cuyo numerador corresponde a lo que él es, en tanto que el denominador es lo que cree ser.
Si un hombre aspira a una vida correcta, su primer acto de abstinencia es el de lastimar animales.
Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.
Dios existe; pero no tiene ninguna prisa en hacerlo saber.
La música es la taquigrafía de los sentimientos.
¿Qué edad hay mejor qué aquella en que las dos mejores virtudes, la alegría inocente y la necesidad de amar, eran las dos ruedas de la vida?
Si no se tomara la vida como una misión, dejaría de ser vida para convertirse en infierno.
Yo entiendo que la posibilidad de matarse constituye una válvula de seguridad. Teniéndola, el hombre no tiene derecho a decir que la vida es insoportable.
La completa y total tristeza es tan imposible como la pura y completa alegría.
Es valiente el que teme lo que debe temerse, y no teme lo que no debe temerse.
Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada.
Sobre la Tierra hay millones de hombres que sufren: ¿por qué estáis al cuidado de mí solo?
Fe es la fuerza de la vida.
Todos los géneros de felicidad se asemejan, pero cada desgracia tiene su carácter peculiar.
En las historias de amor la felicidad es siempre igual, en cambio, cada desgracia tiene su fisonomía propia.
Comprenderlo todo es perdonarlo todo.
No hay grandeza donde faltan la sencillez, la bondad y la verdad.
El amor representa la Ley Superior y única de la vida... Y eso cada uno lo sabe y lo siente en lo profundo de su corazón.
Mientras continúe habiendo mataderos, habrá campos de batalla.
Todos los males del mundo provienen de que el hombre cree que puede tratar a sus semejantes sin amor.
Sólo hay una manera de poner término al mal, y es el devolver bien por mal.
Es preciso creer en la posibilidad de la dicha para ser feliz.
El amor es el bien real, el bien supremo que resuelve todas las condiciones de la vida, que no sólo hace desaparecer el espanto de la muerte, sino que mueve también al hombre a sacrificarse en bien de los otros.
Vivir en contradicción con la razón propia es el estado moral más intolerable.
Es más fácil escribir diez volúmenes de principios filosóficos que poner en práctica uno solo de esos principios.
Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego.
He comprendido que mi bienestar sólo es posible cuando reconozco mi unidad con todas las personas del mundo, sin excepción.
No se puede ser bueno a medias.
Es más fácil hacer leyes que gobernar.
El hombre puede vivir y estar sano sin que tenga que matar animales para alimentarse. Si come carne se hace culpable del asesinato de los animales, sólo para dar gusto a su propio paladar.