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El amor, con licencia de vuestra merced, es lo mismo que la guerra. A lo mejor, un soldado sale con bien después de tressemanas de servicio un sábado por la noche, y, sin embargo, un tiro le atraviesa el corazón un domingo por la mañana.
Laurence Sterne
La soledad es la mejor nodriza de la sabiduría.
Es más provechoso en este mundo recibir favores que hacerlos. Tomad, como ejemplo, un brote que se está marchitando, plantadlo en la tierra, y enseguida tendréis que regarlo, pues lo habéis plantado.
La muerte abre las puertas de la fama y cierra tras de sí las de la envidia.
El afán de conocimiento, como la sed de riquezas, aumenta siempre con su adquisición.
Dos amantes se enamoran con frecuencia por cualidades que no tienen, y se separan por defectos que tampoco tienen.
La temeridad cambia de nombre cuando obtiene éxito. Entonces se llama heroísmo.
La ciencia se puede aprender de memoria, pero la sabiduría no.
Cuando la temeridad tiene éxito, pasa a llamarse heroísmo.
Nada constituye una diversión tan perfecta como un cambio total de ideas.
Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de perdonar. Un ser vil no perdona nunca porque no está en su naturaleza.
Lo que se llama perseverancia en una buena causa, se dice obstinación en una mala.
De todos los defectos de que se hablan en este mundo -aunque la de los hipócritas puede ser la peor- la de la crítica es la más insoportable.
Amamos a otros no tanto por el bien que nos han hecho, sino por el bien que nosotros les hicimos.
Que una sonrisa pueda añadir un hilo a la trama sutil de la vida.