Imágenes
Para el investigador es un buen ejercicio matinal deshacerse antes del desayuno de alguna hipótesis favorita. Así se conserva joven.
Konrad Lorenz
Es imposible que un ser desarrolle el pensamiento conceptual, el lenguaje hablado y la conciencia moral responsable si todavía no ha tomado conciencia de la existencia de su propio ser interior.
La belleza de la naturaleza y la belleza del entorno cultural creado por el ser humano son, evidentemente, ambos necesarios para mantener la salud del alma y del espíritu del ser humano.
El aumento del número de personas que se aglutinan en un único grupo cultural, en conjunción con el perfeccionamiento de los medios tecnológicos para manipular a la opinión pública, conducen a una uniformización de las opiniones que no ha existido en ningún momento anterior de la historia de la humanidad.
Solamente cuando uno ama y simultáneamente admira a otro ser humano desde las más hondas profundidades de su alma, solamente entonces se encuentra uno en absoluto en condiciones de aceptar y asumir su tradición cultural.
No tomamos demasiado en serio el humor.
El vínculo con un perro es el más duradero de esta tierra.
Nosotros somos el eslabón perdido, tanto tiempo buscado, entre el animal y el hombre auténticamente humano.
Un buen perro puede ocasionalmente morder, pero un hombre dispara siempre con una sonrisa.
Nuestro amor al prójimo se diluye tanto con las masas de los semejantes adyacentes, con los demasiado cercanos, que al final ya no quedan ni rastros de él.
La infantilidad es uno de los caracteres más importantes y, en el más noble sentido del término, más humanos del hombre.
Todo peligro pierde mucho de su amenaza cuando se han descubierto sus causas.
El humor y la sabiduría son las grandes esperanzas de nuestra cultura.
He encontrado el eslabón perdido entre los simios superiores y el hombre civilizado: nosotros.
Todas las oportunidades que le surgen al ser humano gracias a la profunda comprensión de la naturaleza que lo rodea; el avance de su tecnología; sus ciencias químicas y médicas.
Cuando uno compara la amenaza que surge de las armas nucleares con los efectos que ejercen sobre la humanidad los otros siete pecados capitales, es imposible dejar de ver que entre los ocho, éste es el que más fácilmente se puede evitar.
Se dijo, pero no se escuchó. Se escuchó, pero no se entendió. Se entendió, pero no se aceptó. Se aceptó, pero no se llevó a la práctica. Se llevó a la práctica, pero ¿por cuánto tiempo?
La ansiedad con miedo y el miedo con ansiedad contribuyen a robarle al ser humano sus cualidades más esenciales. Una de ellas es la reflexión.
La verdad en ciencia puede ser definida como la hipótesis de trabajo que mejor se ajusta para abrir el camino a la siguiente mejor ajustada.
El análisis del sistema orgánico sobre el que se basa el comportamiento social del ser humano es el objetivo más difícil y más ambicioso que la ciencia natural se puede imponer desde el momento en que este sistema es, por lejos, el más complejo que existe sobre el planeta.
Cada hombre debe restringir y limitar más su conocimiento a fin de competir con otros. El especialista sabe más y más sobre menos y, por último, sabe todo sobre nada.
El ser humano amenaza con hacer precisamente lo que de otro modo casi nunca les sucede a los sistemas vivos, es decir: sofocarse a sí mismo.
La impresionante mayoría de las personas actualmente vivas percibe como valor tan sólo aquello que resulta exitoso y apropiado para sobrepasar al prójimo en la competencia despiadada. Cualquier medio que sirva a este fin aparece engañosamente como un valor en sí mismo.
El reconocimiento de una superioridad jerárquica no es ningún obstáculo para el amor. Los recuerdos deberían decirle a todo ser humano que, siendo niño, no amó menos, sino más, a aquellas personas a quienes admiró y a quienes claramente obedeció, siendo que no amó tanto a sus iguales y a quienes le estaban subordinados.
El creer que la naturaleza es inagotable constituye un error ampliamente difundido.
Creo haber encontrado el eslabón intermedio entre el animal y el homo sapiens: somos nosotros.
La total ceguera espiritual para todo lo bello que hoy se extiende tan rápidamente por todas partes, es una enfermedad mental que debe ser tomada en serio aunque más no sea porque es correlativa de una insensibilidad frente a lo éticamente execrable.
Sería mejor prescindir de la personificación del mal, debido a que conduce, con demasiada facilidad, al tipo más peligroso de guerra: la guerra religiosa.
Sería cuestión de preguntarse qué es lo que le causa un mayor daño al alma de la humanidad: si la codicia enceguecedora o el apuro devastador.
El mal, por definición, es lo que pone en peligro lo bueno, y lo bueno es lo que percibimos como algo de valor.
El hacinamiento de muchos seres humanos en un espacio reducido no sólo conduce a fenómenos de deshumanización por la vía indirecta del agotamiento y el empantanamiento de las relaciones interhumanas sino que directamente produce un comportamiento agresivo.
El eslabón por tanto tiempo buscado entre el animal y el hombre verdaderamente humano... somos nosotros.
Lo que es bueno y útil para la humanidad como un todo, e incluso aquello que lo es para el ser humano individual, ha sido completamente olvidado bajo la presión competitiva de las personas entre sí.
Seguramente el hacinamiento de masas de seres humanos en las modernas megalópolis tiene gran parte de la culpa de que ya no somos capaces de distinguir el rostro del prójimo en medio de una fantasmagoría de caras eternamente cambiantes que se superponen y se difuminan.