Imágenes
La lucha por controlar una operación tan ambiciosa e intrincada como la construcción de una catedral era, en todo momento fascinante. La idea de que los principios de regularidad y repetición pudieran simplificar la construcción y se obtuviese como resultado un edificio armonioso, era en verdad seductora.
Ken Follett
La integridad personal es como una espada: no debería blandirse hasta el momento de ponerla a prueba.
El hombre era el único animal que acababa con la vida de los de su propia especie por millones.
Personas incompetentes aunque leales al régimen recibían ascensos y ocupaban cargos que no podían desempeñar.
Durante años, la había adorado a distancia. La más constante imagen de ella en su pensamiento era la de la primera vez que la vio bajando las escaleras en el salón de Earlcastle y se dijo que debía de ser la princesa de un cuento.
Philip se dio cuenta que, en una guerra civil, la primera baja era la de la justicia.
En el mundo que hay fuera del monasterio, nadie se preocupa de ti. Los patos se tragan a los gusanos y los zorros matan a los patos. Luego, llega el hombre y dispara contra los zorros. El diablo caza al hombre.
Por su parte, sospechaba que el Señor no se impresionaba con tanta facilidad, que siempre se conmovía más con las plegarias sencillas que nacían directamente del corazón.
Había perdido toda su dignidad y tenía un aspecto patético. No obstante, Gwenda sintió más amor por él en esos momentos del que nunca antes había sentido. -Del amor no se come -respondió Annet, y salió de la iglesia.
Éste tenía la impresión de que su hermano había luchado con menos ahínco contra los deseos impuros, y había aceptado sus derrotas con espíritu más bien alegre. Pero lo importante era que ambos habían hecho las paces con las pasiones, el más encarnizado enemigo de la vida monástica.
Dos adultos que se aman deberían ser capaces de tomar decisiones juntos, sin tener que obedecerse uno al otro.
Erik era una de esas personas ineptas a las que asusta tanto la vida que prefieren vivir subyugados por una autoridad de hierro y que un gobierno que no admite discusión les diga qué tienen que hacer y pensar. Eran idiotas y peligrosos, pero había muchos como él.
Los edificios eran demasiado altos, los coches transitaban a velocidad excesiva y había demasiada gente. Tuvo que taparse los oídos cuando pasó un convoy de enormes camiones rusos. Todo le provocaba el asombro de lo nuevo: los edificios de apartamentos, las estudiantes de uniforme, las luces de las calles, los manteles, los ascensores y el sabor del vino.
Y cuanto más sencillas son las cosas, menos errores se cometen. La parte más costosa de un edificio son los errores.
Decía que cuando un hombre se rodea de leales acólitos es porque en realidad no tiene confianza en sí mismo.
William aborrecía las iglesias. Eran viejas y sombrías, incluso con tiempo bueno, y en los rincones oscuros y los túneles bajos de las naves laterales siempre flotaba ese leve olor a pútrido. Y lo peor de todo era que las iglesias siempre le hacían pensar en los tormentos del infierno y a él le aterraba el infierno.
¿Pueden mis siervos construir molinos sin mi permiso? - preguntó casi al borde de la desesperación. - No, señor. - ¿Y sabes por qué está prohibido? - Para que tengan que llevar su grano a los molinos del señor y pagarle por la molienda. - Y el señor obtendrá beneficios.
Ella quería emular todas sus acciones: criar bien a sus hijos, conseguir cambiar las cosas en la política de su país, amar y ser amada. Y, sobre todo, al morir, quería que sus hijos pudieran decir, como decía ella de su padre, que su vida había significado algo y que el mundo era un lugar mejor gracias a ella.
No, no voy a insultar a lord Fitzherbert ni al señor Perceval Jones -dijo, y señaló dos sombreros de copa de la primera fila-. Tan solo les digo: caballeros, son ustedes historia.
El séptimo peldaño de humildad se alcanza cuando un hombre no sólo confiesa con su lengua que es más humilde e inferior a otros, sino que así lo cree en lo más profundo de su corazón.
Se afeitaba aproximadamente una vez a la semana, por lo que solía llevar barba de varios días, que resultaba de una tremenda efectividad para hacerlo parecer un don nadie.
Entonces, se produjo un cambio de marea en el otro lado. A la derecha, donde luchaban los hombres a caballo, dio la impresión de que el ejército del rey retrocedía. La retirada llegó a convertirse en descarada huida. Fueron muchos los hombres del rey que hicieron volver a sus caballos y empezaron a alejarse del campo de batalla.
Pero la lección que se desprende de la historia de Abraham es que Dios nos pide lo mejor que tenemos que ofrecer, aquello que es más valioso para nosotros.
¿Es un cóctel? -preguntó Rosa. - Un licor fuerte camuflado para que parezca más respetable. Te lo prometo, están a la última.
Gwenda sabía que Jesús le decía que no debía pecar o, de lo contrario, los demonios la torturarían, pero los humanos la asustaban más que los demonios.
Gracias por su sinceridad, coronel -respondió Fitz-. Pero entré en el ejército para ganarbatallas, no para que me ascendieran.
Hay hombres que odian a las personas a quienes han tratado de forma injusta, por paradójico que pueda parecer. Creo que eso se debe a que la víctima es un recordatorio perpetuo de su comportamiento vergonzoso.
El libro indica que o pretenden negociar o buscan publicidad. Opino que tratan de negociar. Si buscasen publicidad no habrían optado por enviar el mensaje a través de un oscuro boletín electrónico de Internet: habrían ido a la televisión o a los periódicos. Pero no han hecho tal cosa.
A la verdad no se llega mediante el voto de la mayoría.
¡Un juramento sólo son palabras! No es nada en comparación con esto. Esto es real, esto somos tú y yo.
Al lanzarse los caballeros a la carga, los canteros se escurrieron entre las casas ardiendo. William se dio cuenta, bien a pesar suyo, de que se trataba de una táctica inteligente. Los caballeros los siguieron; pero a los canteros les resultaba más fácil esquivarlos por separado, y los caballos se apartaban de las viviendas en llamas.
La clase trabajadora es más numerosa que la dirigente, y más fuerte. Dependen de nosotros para todo. Les proporcionamos la comida, construimos sus casas, les hacemos la ropa, y sin nosotros se mueren. No pueden hacer nada a menos que se lo permitamos. Nunca lo olvides.
Me gusta la gente que habla de forma directa. Ahorra tiempo.
Su comprensión hizo que las lágrimas asomaran a sus ojos. Poco después, sintió que sus brazos la rodeaban amorosamente. Entonces apoyó la cabeza sobre su hombro y dio rienda suelta a sus lágrimas.
Los obispos muy raramente dejaban a los constructores que hicieran solos el trabajo. Con frecuencia uno de los problemas del maestro constructor era tener que calmar la enfebrecida imaginación de los clérigos y establecer unos límites prácticos a su desbordada fantasía.
No puedes mantener una promesa solo cuando te va bien. Hay que mantenerla aunque no te apetezca. Ese es su significado.
Lamento hacerte tan desdichado. - No lo sientas. Lamenta más bien haberme hecho feliz. Eso es lo que duele, que me hicieras tan feliz.
Renunciar a la felicidad es como arrojar piedras preciosas al océano. Es mucho peor que cualquier pecado.
¿Tú quién eres? -dijo, mirándolo de una forma asombrosamente directa. Tenía que ser un niño el que te hiciera la pregunta más difícil de todas, pensó Greg.
Me quedo para luchar contra los nazis. - Ya has hecho más de lo que te correspondía -dijo Ethel con dulzura. Maud se emocionó. - Mi marido ha dedicado todo su ser, toda su vida, a convertir esta tierra en un país libre y próspero. No seré la causa de que se vea obligado a renunciar a la obra de toda una vida. Si pierde eso, pierde su alma.