Imágenes
Si uno conoce a los actores y aprende las normas y la jerga, se desenvuelve a la perfección, como en cualquier otro lugar. Hay que ajustarse a la etiqueta local y no cabrear a la gente.
Kathy Reichs
El esqueleto nos da la historia de un individuo. Sexo. Edad. Antepasados. En algunos casos, la historia clínica o cómo murió. Los huesos antiguos son una fuente de información de las poblaciones extinguidas. Cómo vivían, cómo morían, qué comían, las enfermedades que padecían...
Por unos momentos me limité a mirarla sintiendo bullir mil emociones en mi interior. Amor, gratitud, indefensión. Acaricié a aquella criatura como si fuera el único ser de la tierra. Deseaba desesperadamente su felicidad, su seguridad, y me sentía completamente incapaz de asegurárselos.
Al cabo de un cuarto de hora el montículo se había convertido en un hueco y aparecía a la vista más de la mitad de la bolsa. Imaginé que el contenido se habría recolocado a medida que avanzaba la descomposición y que los huesos se veían liberados de sus responsabilidades anatómicas. Si de huesos se trataba.
La habitual indiferencia de que alardeaban los detectives de homicidios quedaba superada por la emoción del momento. Me sorprendió su apasionamiento. No comprendía exactamente si aquella atrocidad por sí sola había conmovido sus sentimientos o si la naturaleza religiosa del ofensivo objeto contribuía a su reacción.
Si fue la misma persona quien mató a las dos mujeres, estoy segura de que es un tipo organizado, que planea sus actos. Muchos criminales en serie engañan a la gente durante largo tiempo hasta que caen en manos de la justicia. Pero yo no soy psicóloga; es simple especulación.
La historia se prolongaba con un mosaico de especulaciones acerca de las últimas idas y venidas de la víctima, una sinopsis de su vida, una desgarradora descripción de las reacciones familiares y la promesa de que la policía se esforzaba todo lo posible por capturar al asesino...
A quince metros del cadáver ya no necesité guía alguno. Había detectado la inconfundible fetidez a muerte que se mezclaba con el peculiar olor arcilloso de los bosques. El olor a carne en descomposición no se asemeja a ningún otro y se percibía claramente en el ambiente cálido del atardecer, tenue pero innegable.
Mi muerte no pasará desapercibida. Hay personas en mi vida. Seré recordada, quizás incluso echada de menos.
Debes procurar buscar la firma, esa tarjeta de visita que sólo dejará tu asesino. Así es como lo acorralarás, pese a las clasificaciones que le den los psiquiatras.
Tal vez mantenga diferenciadas ambas personalidades hasta el extremo de reservar un lugar aislado para que el acechador disfrute con sus fantasías y admire sus recuerdos.
Los sádicos sexuales se excitan con el sufrimiento de sus víctimas. No sólo desean matar: quieren que sufran. Y (esto es crítico) ello los excita sexualmente.
El tronco estaba dividido por la cintura. La parte superior del torso yacía con los brazos doblados en los codos, con las manos colocadas hacia adentro y descansando en el estómago. Era una posición adecuada para un ataúd, salvo que los dedos no se entrelazaban.
Los asesinos en serie, sean o no sádicos sexuales, son muy astutos y planean ampliamente sus crímenes. La mutilación posmórtem no significa de modo necesario que exista un componente sexual ni sádico. Algunos lo hacen simplemente para deshacerse con más facilidad del cadáver.
Silencio, oscuridad, los latidos de mi corazón. Los escuché mientras buscaba en mi mente un sector aún capaz de razonar de modo crítico.
Siempre he sospechado que muchos recuerdos de mi infancia proceden realmente de fotos antiguas, que son una combinación de instantáneas, un mosaico de imágenes de celuloide reconvertidas en una realidad recordada. La Kodak nos proyecta retrospectivamente. Tal vez sea mejor recordar el pasado de ese modo, ya que raras veces tomamos fotos de las ocasiones tristes.
He llegado a pensar que la violencia es una manía que se perpetúa a sí misma, el poder de los agresivos contra los más débiles. Los amigos me preguntan cómo puedo soportar el trabajo que hago. La respuesta es sencilla. Estoy decidida a destruir a los maníacos antes de que destruyan a más inocentes.
La violencia hiere el cuerpo y la mente. Del que la ejecuta. Del que la sufre. De los que lloran. De toda la humanidad. Nos rebaja a todos.
Las ideas me surgen con facilidad, pero me cuesta realizarlas. Suelo dejar que las cosas sigan su curso. Tal vez sea una vía de escape, un modo de escabullirme por la tangente y desistir de muchos de mis proyectos. Soy indecisa en mi vida social y obsesiva en mi trabajo.
Yo soy un hombre tolerante y siento el mayor respeto por mis hermanos musulmanes, que suelen ser muy trabajadores, amantes de su familia y de la paz, personas que suscriben los mismos valores que usted y yo encarecemos. Pero entre los buenos, existe una siniestra minoría movida por el odio y consagrada a la destrucción.
Consideras la felicidad un sueño imposible. Lo he leído en tus ojos. El placer y la alegría se han desplazado más allá de tu imaginación.