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Una mujer nunca puede ser demasiado rica o demasiado delgada.
Kate Morton
Al principio, en las historias de amor sólo existe el presente. Pero llega un momento en el cual reaparecen el pasado y el futuro.
Un hijo manipula a su antojo una parte de nuestro corazón. Un nieto es diferente. En la relación no intervienen la culpa y la responsabilidad propias de la maternidad. Se ama con libertad.
El deber de una persona era hacer lo mejor con lo que le había tocado en suerte. No tenía sentido preguntarse qué podía haber sido, solía decir, todo lo que importa es lo que es.
Los que tienen billete para el silencioso barco de la muerte ¿miran siempre al muelle en busca de los rostros de los que ya han partido?
No es bueno para el alma sentirse un fastidio, especialmente cuando no se ha decidido serlo.
Las personas más felices son las que están ocupadas, porque sus mentes no tienen tiempo para pensar en preocuparse.
Y le habló a ella. Un poema tras otro. Sobre lo conocido y lo ignorado, la verdad y el sufrimiento, el amor y el deseo. Ella cerró los ojos, y con cada palabra sintió que las tinieblas desaparecían.
Nunca nos escapamos del todo del sistema de creencias adquirido en la infancia; tal vez desaparezca por un tiempo, pero siempre vuelve en épocas de necesidad para reclamar el alma que ha forjado.
La falta de patatas dejaba un estómago vacío, pero la ausencia de belleza endurecía el alma.
Es mejor morir en acción que consumirse en la desesperación.
La respuesta más obvia es con frecuencia la correcta.
Quiero volver a ver su rostro. Tocarlo. Su rostro adorable y familiar, tallado, como todos los rostros, por las manos eficientes de la historia, que habla de la influencia de sus antecesores y de un pasado del que poco sabe.
Todos somos únicos, sólo que nunca como nos imaginamos.
Los árboles del bosque profundo y oscuro se estremecen, agitan sus hojas como envoltorios de papel de plata gastada. El viento artero, serpenteando por sus copas, susurra que pronto dará comienzo. Los árboles lo saben. Son antiguos y ya han visto de todo.
La felicidad necesita del calor del propio hogar. No puede tomarse de jardines ajenos.
Una amistad verdadera es una luz entre las tinieblas.
¿Manías al escribir? Sí, tengo que quitarme todas las pulseras mientras escribo, no lo puedo remediar. Y otra bien preocupante: necesito cambiar de habitación en cada libro.
Un hogar es más que la suma de los elementos materiales que lo componen: es un almacén de recuerdos, un archivo, un guardián de todo lo que ha sucedido dentro de sus límites.
Con una voluntad fuerte, incluso los débiles pueden tener grandes poderes.
Basta con echar un vistazo a la frágil barrera entre el pasado y el presente para conocer el dolorfísico que supone darse cuenta de que uno es incapaz de volver.
Crecemos y cambiamos según nos trate la vida.
Debería ser más ordenada y organizada ya con cuatro libros, pero no es así, las historias me poseen a mí, no yo a ellas; me surgen ideas a todas horas.
Una niña que espera que la rescaten nunca se salvará a sí misma. Incluso aunque tenga los medios, descubrirá que le faltavalor. No seas así, Eliza. Debes encontrar tu valor, aprender a rescatarte, no depender de nadie.
No hay luna cuando aparece el Hombre de Barro. La noche se ha puesto un par de finos guantes de piel; ha tendido sobre la tierra una sábana oscura: un ardid, un disfraz, un hechizo para que bajo su manto todo caiga en un dulce sueño.
Recuerda qué es respirar, amar, desear.
De acuerdo con la doctrina de Raymond Blythe, caminar era una oportunidad para la contemplación. En raras ocasiones, si ambos participantes estaban dispuestos, podría ser propicia para hablar sobre la historia, la poesía o la naturaleza. Los charlatanes no eran tolerados, y quien recibía ese calificativo jamás lo perdía.
La vida era así, las puertas de las oportunidades abriéndose y cerrándose constantemente para un ciego que debe atravesarlas.
¿Qué extraño, ¿no?, desenterrar los secretos de quienes ya no están con nosotros.
El tiempo tiene su propia manera de hacer que cambiemos nuestros puntos de vista acerca de muchas cosas.
No hay paisaje más vívido que el de la infancia.
El paso del tiempo deja huellas ineludibles. La fantástica, invencible sensación de la juventud se evapora y llega la carga de la responsabilidad.
Ya no soy capaz de detener esta historia, como no puedo detener el transcurso del tiempo. No soy lo suficientemente romántica como para imaginar que la historia misma es quien desea ser contada, pero sí lo suficientemente honesta como para saber que quiero contarla yo.
Pero cuando estaba a punto de gritar, el temor desapareció. Lo reemplazó una oleada de ternura, pena y un inesperado deseo.
El hogar es un imán que atrae incluso a sus hijos más indiferentes.
Una carta siempre buscará un lector; tarde o temprano, de algún modo, las palabras encontrarán la forma de ver la luz, de revelar sus secretos.
No esperes demasiado para comprender qué es lo importante. Quizás tu familia te vuelva loca a veces, pero es más importante para ti de lo que puedes imaginarte.
Cuando todas las posibilidades se extienden ante nosotros y el destino aún no ha adquirido forma alguna, en ese momento.
Pensar era sumergir el pincel de la duda en las claras aguas de la certidumbre.
Porque el amor es así, urgente y demandante y arrasa con todas nuestras virtudes.