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Mi granero se ha quemado. Ahora puedo ver la luna.
Karl Marx
Inglaterra es de manera preeminente el país del pauperismo.
¿Cómo supera la burguesía las crisis? Por una parte, mediante la destrucción forzada de una masa de fuerzas productivas; por otra, mediante la conquista de nuevos mercados y la explotación más intensa de mercados viejos. ¿Cómo, pues? Preparando crisis más extensas y más violentas y reduciendo los medios para prevenir las crisis.
El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra.
Con la debida satisfacción hemos presenciado la derrota de México ante los Estados Unidos, esto representa un paso adelante.
Hoy, el poder público viene a ser, pura y simplemente, el consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa.
La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas.
Los desposeídos tienen un mundo que ganar.
El mundo no es un complejo de formas acabadas, sino de procesos.
La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos.
Los seres humanos hacen su propia historia, aunque bajo circunstancias influidas por el pasado.
La historia no es ni hace nada. Quien es y hace es el hombre.
Los comunistas repudian el ocultamiento de sus puntos de vista y de sus intenciones.
El idealismo, naturalmente, no conoce la actividad real, sensorial, como tal.
Si amas sin despertar amor, esto es, si tu amor, en cuanto amor, no produce amor recíproco, si mediante una exteriorización vital como hombre amante no te conviertes en hombre amado, tu amor es impotente, una desgracia.
Necesitamos otra educación para otra sociedad y otra sociedad para otra educación.
El motor de la historia es la lucha de clases.
La forma del proceso social de vida, o lo que es lo mismo, del proceso material de producción, sólo se despojará de su halo místico cuando ese proceso sea obra de hombres libremente socializados y puestos bajo su mando consciente y racional.
Charlar y hacer son cosas diferentes, más bien antagónicas.
No partimos de lo que los hombres dicen, piensan, o imaginan, para llegar a los hombres de carne y hueso. Partimos de los hombres realmente activos y estudiamos el desarrollo de los reflejos y ecos ideológicos de sus verdaderos procesos vitales como nacidos de estos procesos vitales.
El sentimiento religioso es también un producto social.
La religión, en cuanto eco ideológico, es la conciencia invertida de un mundo invertido.
La burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros. Su hundimiento y la victoria del proletariado son igualmente inevitables.
El hombre es el ser supremo para el hombre.
Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversas formas el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.
Para nosotros el comunismo no es un estado que debe implantase, un ideal al que hay que sujetar la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual.
La razón siempre ha existido, pero no siempre en una forma razonable.
La burguesía no sólo forja su propia destrucción, sino también a su propio sepulturero: el proletariado.
El trabajador pone su vida en el objeto, pero a partir de entonces ya no le pertenece a él, sino al objeto.
La última fase de una figura histórica mundial suele ser cómica. La Historia sigue este camino para que la humanidad pueda despedirse alegremente de su pasado.
La lucha contra la religión es la lucha contra aquel mundo cuyo aroma espiritual es la religión. La miseria religiosa, es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por otra, la protesta contra ella.
Los trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas. Tienen un mundo por ganar.
La teoría del comunismo se puede reducir a una oración: Abolir toda propiedad privada.
A lo que más llega el materialismo contemplativo, es decir, el materialismo que no concibe la sensoriedad como actividad práctica, es a contemplar a los individuos dentro de la sociedad civil.
Enterró la dignidad personal bajo el dinero y redujo todas aquellas innumerables libertades escrituradas y bien adquiridas a una única libertad: la libertad ilimitada de comerciar.
Un espectro recorre Europa, el espectro del comunismo.
En la sociedad comunista, el trabajo acumulado no es más que un medio para ampliar, enriquecer y hacer más fácil la vida de los trabajadores.
El significado de paz es la ausencia de oposición al socialismo.
El obrero, obligado a venderse a trozos, es una mercancía como otra cualquiera, sujeta, por tanto, a todos los cambios y modalidades de la concurrencia, a todas las fluctuaciones del mercado.
Mi primer trabajo, emprendido para resolver las dudas que me asaltaban, fue una revisión crítica de la filosofía hegeliana del Derecho.