Imágenes
Con qué tersa dulzura me levanta del lecho en que soñaba profundas plantaciones perfumadas.
Julio Cortázar
No hay sustancias más letales que esas que se cuelan por cualquier parte, que se respiran sin saberlo, en las palabras o en el amor o en la amistad.
Cada vez que entramos en una crisis es el absurdo total, comprende que la dialéctica solo puede ordenar los armarios en momentos de calma.
Y los gestos del amor, ese dulce museo, esa galería de figuras de humo.
¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo que lo maravilloso no es más que uno de los juegos de la ilusión?
En literatura no hay temas buenos ni temas malos, hay tan sólo temas bien o mal tratados.
Una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Un mundo donde te movías como un caballo de ajedrez que se moviera como una torre que se moviera como un alfil.
Pero en el jazz como en cualquier arte hay siempre un montón de chantajistas. Una cosa es la música que puede traducirse en emoción y otra la emoción que pretende pasar por música. Dolor paterno en fa sostenido, carcajada sarcástica en amarillo, violeta y negro. No, hijo, el arte empieza más acá o más allá, pero no es nunca eso.
No renuncio a nada, simplemente hago lo que puedo para que las cosas me renuncien a mí.
Para gentes como ella el misterio empezaba precisamente con la explicación.
No me creas demasiado optimista; conozco a mi país, y a muchos otros que lo rodean. Pero hay signos, hay signos.
Fui una letra de tango para tu indiferente melodía.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino es también la luna y el espejo, busco esa línea que hace temblar a un hombre en una galería de museo. Además te quiero, y hace tiempo y frío.
En resumen... la Cafeína produce Disfunción Eréctil en un periódo relativamente corto de tiempo...
Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.
Nunca he pensado en nada, solamente de golpe me doy cuenta de lo que he pensado, pero eso no tiene gracia, ¿verdad?, ¿Qué gracia va a tener darse cuenta de que uno ha pensado algo? Para el caso es lo mismo que si pensaras tú o cualquier otro. No soy yo, yo. Simplemente saco provecho de lo que pienso, pero siempre después, y eso es lo que no aguanto.
La cultura es el ejercicio profundo de la identidad.
No me perdonan lo que ellos no supieron.
Lo que me gusta es escribir y cuando termino es como cuando uno se va dejando resbalar de lado después del goce, viene el sueño y al otro día ya hay otras cosas que te golpean en la ventana, escribir es eso, abrirles los postigos y que entren.
Todo lo que de vos quisiera es tan poco en el fondo porque en el fondo es todo.
El equilibrio depende de tan poco y lo pagamos a un precio tan alto, que los breves instantes que siguen al posado y que deciden de su perfección nos arrebatan como de nosotros mismos, arrasan con la tigredad y la humanidad en un solo movimiento inmóvil que es vértigo, pausa y arribo.
No es por una cuestión de culpa, che. Sos dostoyevskianamente asqueroso y simpático a la vez, una especie de lameculos metafísico.
Cuando mis cronopios hicieron algunas de las suyas en Corrientes y Esmeralda, una eminente intelectual exclamó: ¡qué lástima, pensar que era un escritor tan serio!
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo.
Los caminos del Che son infinitos.
Ya están vestidos, ya se van por la calle. Y es sólo entonces cuando están muertos, cuando están vestidos, que la ciudad los recupera hipócrita y les impone los deberes cotidianos.
Pero habría que vivir de otra manera. ¿Y qué quiere decir vivir de otra manera? Quizá vivir absurdamente para acabar con el absurdo, tirarse en sí mismo con una tal violencia que el salto acabara en los brazos de otro.
Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos ayuda a vivir.
¡Música, melancólico alimento para los que vivimos de amor!
Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma.
Confundía saber con entender.
Hay una diferencia bien conocida entre el ignorante y el tonto.
Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino.
Nos conformamos con demasiado poco.
Defenderé ser yo hasta que no pueda más.
La vida se vive a sí misma, nos guste o no.
Esa vida en permanente incertidumbre de las islas y de la tierra firme y de toda Nicaragua y no solamente de toda Nicaragua sino de casi toda América Latina, vida rodeada de miedo y de muerte.
Hay una cosa que se llama tiempo; es como un bicho que anda y anda.
Convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.