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En la guerra los acontecimientos importantes son el resultado de causas triviales.
Julio César
Me encanta el nombre de honor, más de lo que temo a la muerte.
Los cobardes agonizan muchas veces antes de morir... Los valientes ni se enteran de su muerte.
Alejandro, César, Carlomagno y yo fundamos imperios, pero ¿sobre qué cimentamos las creaciones de nuestro genio? Sobre la fuerza. Solo Jesucristo fundó su reino sobre el amor, y hoy día millones de hombres morirían por él.
La experiencia es la madre de todas las cosas.
Te poseo, Africa.
Nadie es tan valiente que no sea perturbado por algo inesperado.
Hoy el enemigo habría ganado, si hubiera tenido un comandante que fuese un ganador.
¿Tú también, Bruto, hijo mío?
Si tiene que infringir la ley, hazlo para tomar el poder, si no es el caso, observa la ley.
Es ley de guerra que los vencedores traten a los vencidos a su antojo.
La Galia está dividida en tres partes.
Nada es tan difícil que no pueda conseguir la fortaleza.
¡Varo, devuélveme mis legiones!
Tu espíritu nunca se conformó con los estrechos confines que la naturaleza nos impone.
Llegué, vi y vencí.
LLevas a César y a la fortuna de Julio César.
Nada es más fácil que censurar a los muertos.
Dile a tu amo que en César sólo manda César.
Los hombres creen gustosamente aquello que se acomoda a sus deseos.
Mientras me quede algo por hacer, no habré hecho nada.
Hombre de todas las mujeres y mujer de todos los hombres.
Apresúrate despacio.
Es más fácil encontrar hombres dispuestos a morir, que encontrar a los que están dispuestos a soportar el dolor con paciencia.
Napoleón envidiaba a César, César envidiaba a Alejandro y Alejandro, me atrevería a decir, envidiaba a Hércules, que nunca existió.
En el miedo extremo no hay piedad.
Divide y optén el poder.
Prefiero ser el primero en una aldea que el segundo en Roma.
En la guerra, causas triviales producen acontecimientos trascendentales.
Por lo general, los hombres creen fácilmente lo que desean.
Los hombres tienden a creer aquello que les conviene.
Alegraos con su perdón, pero no olvidéis lo que os digo, porque un día ese joven de aspecto indolente e inofensivo causará la ruina de vuestra causa. ¡Hay muchos Marios en César!
He vivido lo suficiente, tanto en años como en logros.
Por norma, los hombres se preocupan más de lo que no pueden ver que de lo que pueden.
Vine, vi, vencí
La mujer del César debe estar por encima de toda sospecha.
Amo la traición, pero odio al traidor.
Afortunados los hispanos para quienes beber es vivir.