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El arte pertenece a todo el mundo y a nadie. El arte pertenece a todas las épocas y a ninguna. El arte pertenece a quienes lo crean y a quienes lo disfrutan. El arte no pertenece más al pueblo y al Partido de lo que perteneció en otro tiempo a la aristocracia y a los mecenas.
Julian Barnes
La progresión natural de la vida humana va del optimismo al pesimismo, y un sentido de la ironía ayuda a atenuar el pesimismo, ayuda a producir equilibrio, armonía.
No existe la justicia, ni aquí ni en ninguna parte.
Y nos asegurábamos unos a otros que el primer deber de la imaginación era el ser transgresora.
Cuando tienes veinte años, aunque estés confuso e inseguro respecto a tus ambiciones y propósitos, tienes un sentido intenso de lo que es la vida y de lo que eres en la vida, y de lo que podría depararte. Más tarde... más tarde aumenta la incertidumbre, hay más solapamientos, más rebobinados, más recuerdos falsos.
Vivimos en el tiempo -nos contiene y nos moldea-, pero nunca he creído comprenderlo muy bien.
¿Acaso hay alguien que necesite irrumpir en el desolado desván del cumplimiento?
¿No será que la forma más segura de placer es el placer de la ilusión?
Hoy en día mires donde mires hay gente que se empeña en derramarte su vida encima.
Cuando somos jóvenes, nos inventamos futuros distintos para nosotros mismos; cuando somos viejos, inventamos pasados distintos para los demás.
El arte es el susurro de la historia que se oye por encima del ruido del tiempo.
Algunos llegamos a un punto en la vida en que comprendemos que nada tiene importancia.
Mientras que el lector corriente pero apasionado puede olvidar; puede irse, serle infiel con otros autores, regresar y sentirse otra vez en éxtasis.
Uno es quienquiera que finja ser.
Es una de las cosas que tiene la vida. Todos buscamos un lugar seguro.
Recuerdo todas las cosas importantes. Lo que cuenta respecto a la memoria es esto.
La verdad no es amable.
El mayor sueño de la democracia consiste en elevar al proletariado hasta el nivel de estupidez de la burguesía.
En lo sucesivo sólo habría dos clases de compositores: los que estaban vivos y asustados y los que estaban muertos.
¿La ironía podía proteger su música? En la medida en que la música seguía siendo un lenguajesecreto que te permitía pasar de contrabando cosas más allá de los oídos a los que no iban destinadas.
Todo el mundo se preocupa por su aspecto. Lo que pasa es que algunas personas creen que están mejor cuando tienen una pinta horrible. Es una forma de arrogancia.
La palabra humana es como una caldera rota en la que tocamos melodías para que bailen los osos, cuando quisiéramos conmover a las estrellas.
Tendemos a encasillar en una categoría preexistente cualquier relación nueva que entablamos.