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Hay personas que no saben perder su tiempo solas y se convierten en el flagelo de las personas que trabajan.
Jules Renard
No se muere más que una vez, y es para mucho tiempo.
Oficio curioso el de la literatura: mientras menos se hace, mejor hay que hacerlo.
¡Le es tan fácil a una mujer hacerse amar! No necesita ser ni muy joven ni muy bella. Le basta extender la mano de cierta manera, para que el hombre ponga en seguida en ella su corazón.
Estupidez humana. Humana sobra, realmente los únicos estúpidos son los hombres.
Se colocan los elogios como se coloca el dinero: para que nos sean devueltos con intereses.
No perdonamos jamás más que a aquellos que tenemos interés de perdonar.
Ignoro si existe Dios, pero más valdría para su honor, que no existiera.
Dios es modesto, no se atreve a vanagloriarse de haber creado el mundo.
El sabio generaliza; el artista individualiza.
Pereza: costumbre adquirida de descansar antes del cansancio.
La verdad desilusiona siempre; pero allí está el arte para falsificarla.
¿Qué es nuestra imaginación comparada con la de un niño que intenta hacer un ferrocarril con espárragos?
No se trata de ser el primero, sino el único.
Solo una cosa me molestaría: mi propio desprecio. Pero, naturalmente, no me puedo escupir a la cara.
El humorista es un hombre de buen mal humor.
De nada sirve morir. Hay que hacerlo a tiempo.
Todo es bello, o tiene su belleza. Hay que hablar de un cerdo como de una flor.
En arte, no hacer nada como los otros; en moral hacer como todo el mundo.
El único hombre que es realmente libre es aquel que puede rechazar una invitación a comer sin dar una excusa.
El fin es ser feliz. Sólo se consigue lentamente. Exige una aplicación cotidiana.
Comer bien, dormir bien, ir donde se desea, permanecer donde interese, no quejarse nunca y, sobre todo, huir como de la peste de los principales monumentos de la ciudad.
El ingenio quizás es al talento lo que el instinto a la razón.
Amo la soledad, incluso cuando estoy solo.
Quisiera ser leído por una minoria y ser conocido por la mayoria.
La modestia va bien a los grandes hombres; lo difícil es no ser nada y, sin embargo, ser modesto.
Si el dinero no te da la felicidad devuélvelo.
Al desdén del hombre por la inteligencia de la mujer responde el desprecio de la mujer por las ideas del hombre.
Algunos hombres matarían a su prójimo para hacer un poco más de bien que él.
Todo es hermoso. Tenemos que hablar a un cerdo como a una flor.
Lo que distingue al hombre de los otros animales son las preocupaciones financieras.
De vez en cuando di la verdad para que te crean cuando mientes.
Nuestra crítica consiste en reprochar a los demás el no tener las cualidades que nosotros creemos tener.
El crítico sólo debe decir la verdad. Pero también tiene que conocerla.
No soy sincero, incluso cuando digo que no lo soy.