Frases de Jules Michelet

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En materia de bellas artes, la imitación debe dejarse a aquellos pueblos que carecen de pasado y tradición.

No nos lamentemos de nuestra pobreza. La prudencia, por el contrario, debe hacernos desear que no nos veamos nunca colmados de los favores de la fortuna. Cuando uno es pobre, es a su vez rico de otra riqueza: la de sentirla necesidad de pensar.

Cada hombre es una humanidad, una historia universal.

El que sabe ser pobre lo sabe todo.

El hombre caza y lucha. La mujer intriga y sueña; es la madre de la fantasía, de los dioses. Posee la segunda visión, las alas que le permiten volar hacia el infinito del deseo y de la imaginación... Los dioses son como los hombres: nacen y mueren sobre el pecho de una mujer...

Las mujeres son perfectamente conscientes de que cuanto más parecen obedecer las reglas, más mandan.

La historia de Francia comienza con la lengua francesa. La lengua es la señal principal de una nacionalidad.

Los que viven, viven de una idea; los otros, son los muertos.

Europa, Francia sobre todo, tendrá un único nombre, inexplicable, verdadero, que es su único nombre eterno: la revolución.

Si consideraseis cuántas necedades pueden salir de vuestra boca, seríais menos pródigos de vuestras palabras.

¿Cuál es la primera parte de la política? La educación. ¿Cuál la segunda? La educación. ¿Y la tercera? La educación.

Hasta para someterse, hay que ser libre; para darse, hay que pertenecerse.

La Historia es una resurrección de la vida en su totalidad, no ya de lo que aparece en su superficie, sino en sus organismos más íntimos y profundos.

La mujer, a cualquier edad, si ama y es virtuosa, da al hombre el momento del infinito.

Inglaterra es un imperio, Alemania un país, una raza; Francia es una persona.

Educar a una niña es educar a la sociedad.

La viuda es el alma retrasada del esposo.

La mujer es el milagro de las contradicciones divinas.

En las horas graves, las mujeres inspiran por la sensibilidad, por la pasión y por la iniciativa, superior a la de los hombres.

La libertad es el hombre. Incluso para someterse, es necesario ser libre; para darse, es necesario ser libre.

Eres una de las fuerzas de la naturaleza.

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