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Sentir la pobreza ajena como propia.
Juan Pablo II
La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida.
La democracia necesita de la virtud, si no quiere ir contra todo lo que pretende defender y estimular.
Dios no es un ser indiferente o lejano, por lo que no estamos abandonados a nosotros mismos.
Cristo, al haber llamado como apóstoles suyos solo a varones, no se amoldó al uso dominante y a la tradición avalada por la legislación de su tiempo, y puso en evidencia la dignidad y la vocación de la mujer.
El hombre es esencialmente un ser social; con mayor razón, se puede decir que es un ser familiar.
Cuando el cristianismo se convierte en instrumento del nacionalismo, queda herido en su corazón y se convierte en estéril.
La peor de las prisiones sería un corazón cerrado y endurecido.
Hasta que quienes ocupan puestos de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz.
Hay que apoyar al hombre simple y fundamentalmente por la causa del hombre mismo y no por otros motivos ni razones.
Las ideas no se imponen, se proponen.
Las obras de arte hablan de sus autores, introducen en el conocimiento de su intimidad y revelan la original contribución que ofrecen a la historia de la cultura.
A través de la oración, Dios se revela en primer lugar como Misericordia, es decir, como Amor que va al encuentro del hombre que sufre. Amor que sostiene, que levanta, que invita a la confianza.
Sin Dios la sociedad acaba deshumanizada.
¿No cree usted que el comportamiento irresponsable de los hombres es causado por las mujeres?
Los medios de Comunicación social: un ámbito moderno para la promoción de la mujer en la sociedad.
La auténtica intuición artística va más allá de lo que perciben los sentidos y, penetrando la realidad, intenta interpretar su misterio escondido.
La Iglesia es la caricia del amor de Dios al mundo.
Ser testigo en la sociedad actual de los valores esenciales que sólo se pueden percibir con los ojos del corazón. ¡A vosotras, mujeres, os corresponde ser centinelas del Invisible!
El desarrollo es el nuevo nombre de la paz.
Sufrió mucho por la acción de hombres y organismos de la Iglesia.
Me afecta cualquier amenaza contra el hombre, contra la familia y la nación. Amenazas que tienen siempre su origen en nuestra debilidad humana, en la forma superficial de considerar la vida.