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Tan perjudicial es desdeñar las reglas como ceñirse a ellas con exceso.
Juan Luis Vives
Contestar injuria con injuria es lavar el barro con el barro.
Libre es aquel que apetece solamente lo que está en sus manos alcanzar; siervo, el que tiene otras ambiciones.
Lo que quieras que otros no digan, tú lo has de callar primero.
No se debe tocar con ligereza lo que es peligroso dejar sin resolver.
El humanista relacionará unos estudios con otros, pues todos ellos tienen entre sí alguna coherencia y parentesco. Será afanoso de saber y jamás le pasará por la mente haber llegado a la cumbre y al cabo de la erudición.
Todo cuanto hemos entendido, reflexionado y comparado está dispuesto para servir a la razón.
No hay riqueza tan segura como un seguro amigo.
La fuente de la vida es el corazón.
Ninguno cree que hace mal si los demás no juzgan que lo hace.
Lo que se compra al precio de muchos ruegos es demasiado caro.
¿A qué se reduce el orador, si habla en monólogo y nadie le pincha ni le excita? Forzosamente se entorpecerá y languidecerá.
Sal de la vida es la amistad.
La tiranía de la ignorancia es... la más dura y lóbrega de las esclavitudes.
Esto quiere, esto manda Dios, que el hombre ame al hombre por el mismo hecho de ser hombre; que no atienda a su raza ni a su condición, sino a la humanidad y a Dios.
No puede existir bondad alguna donde no haya conocimiento de ella.
Ni la utilidad del mentir es sólida, ni el mal de la verdad perjudica mucho tiempo.
Muchos maestros de juicio estólido y depravado, a quienes no confiarías tus gansos, gobiernan las escuelas de los niños nobles.
El camino más breve hacia la ciencia es la atención y diligencia en escuchar.
Desventurado el hombre que no tiene quien le amoneste cuando tiene necesidad de ello.
La verdad, en cuyas filas debemos estar alineados, no pertenece a uno sino que es patrimonio de la colectividad.
Si no me engaño me parece buena la siguiente proporción: cinco partes de lectura, cuatro de meditación, tres de escritura, que la lima reducirá a dos, y de estas dos sacar sólo una a la luz pública.
Mira bien que no hay cosa en todo el universo, grande ni pequeña, que si miras su principio, su naturaleza y propiedad y fuerza, no te ponga en camino para considerar las maravillas de Dios.