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El trabajo es la suprema dignidad del hombre. En la comunidad argentina no existe más que una sola clase de hombres: la de los que trabajan.
Juan Domingo Perón
Soy un General pacifista, algo así como un león herbívoro.
La acción política es una lucha de voluntades. ¿Cuáles obedecen a nuestra voluntad y cuáles a la voluntad contraria a la nuestra?
Las Fuerzas Armadas están subordinadas a la Constitución, de la Ley que en ella se origina y a la autoridad que el Pueblo delega en sus representantes.
Yo mandaba más que el gobierno en ese momento, porque yo mandaba sobre el corazón de muchos miles de hombres. Esa es, quizá, la primera condición para conducir. Es decir, actuar sobre el corazón de los hombres, no sólo sobré su voluntad, para que lo acompañen a uno conscientemente y de corazón.
Los dos brazos del Peronismo son la Justicia Social y la Ayuda Social. Con ellos damos al Pueblo un abrazo de justicia y de amor.
Lo primero que hay que hacer para conducir es tener la masa, ya que para hacer guiso de liebre lo primero que hay que tener es la liebre. Primero hay que formar el contingente que se va a conducir, porque con el conductor solo no se conduce nada. La conducción es posible cuando existe el objeto que se ha de conducir.
El comercio exterior de la Nación debe orientase hacia el abastecimiento interno y la consolidación y diversificación de los mercados de importación y exportación, a fin de obtener términos de intercambio justos y equitativos.
Queremos una Argentina socialmente justa, económicamente libre, y políticamente soberana.
Sensibilidad e imaginación es base para ver, Ver base para apreciar, Apreciar base para resolver, y Resolver base para Actuar.
La Argentina es un país riquísimo que hasta ahora ha sido saqueado por propios y extraños.
La unidad de doctrina hace que cada hombre vea los problemas, los comprenda y los aprecie de una misma manera. Y de una misma manera de percibir y de apreciar resulta una misma manera de proceder. Eso lleva a la unidad de acción.
Nosotros hemos creado una inmensa base que está en nuestra doctrina, y si se practica esa doctrina, cuanto más fuerza hagan los hombres, más se unen y menos se separan. Es decir, hay aglutinación política en nuestra organización y menos disociación de fuerza de cualquier naturaleza.
Para conducir a un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista: el conductor siempre trabaja para los demás, jámas para él.
Las organizaciones económicas del Pueblo deben organizarse y desarrollarse libremente, con la sola condición de que concurran mediante su acción a la consolidación y defensa de la Independencia Económica y el desarrollo de la economía social, base material de la Justicia Social.
El Pueblo debe tener libre acceso a todas las fuentes y manifestaciones de la cultura y de la educación.
Al amigo todo, al enemigo ni justicia.
Las doctrinas son, generalmente, exposiciones sintéticas de grandes líneas de orientación, y representan en sí y en su propia síntesis solamente el enunciado de innumerables problemas; pero la solución de esos problemas, realizada por el examen, no puede formar cuerpo en esa doctrina sin que constituya toda una teoría de la doctrina misma. Incluida en Conducción Política.
El Justicialismo ha dejado de ser la causa de un hombre para ser la causa del pueblo, y por ella sí valdría la pena darlo todo, incluso la vida.
Quien le da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde al perro.
La doctrina es la finalidad encarnada en el alma colectiva de la comunidad. La teoría, sus formas de ejecución.
Yo he visto malos que se han vuelto buenos, pero no he visto jamás un bruto volverse inteligente.
Gobernar es fácil, lo difícil es conducir.
La acción económica en materia monetaria debe servir al desarrollo ordenado de la economía y al afianzamiento de la independencia económica del país.
Los conductores son solamente hombres, con todas las miserias, aun cuando con todas las virtudes de los demás hombres. Cuando un conductor cree que ha llegado a ser un enviado de Dios, comienza a perderse. Abusa de su autoridad y de su poder; no respeta a los hombres y desprecia al pueblo. Allí comienza a firmar su sentencia de muerte.
La Educación debe tener como finalidad realizar la formación moral, intelectual y física del Pueblo sobre la base de los principios fundamentales de la Doctrina Nacional.
La información es todo un arte. Cómo captar. Cómo descartar. Porque hay en la noticia, en el rumor, en todas esas cosas una acción sobre la que ha de decidir. Es necesario aislar lo que no conviene y hacer llegar solamente lo que conviene que llegue, porque de lo contrario se está induciendo al error y a la falsa apreciación.
Las actividades industriales de la Nación han de ser desarrolladas racionalmente y en particular aquellas que posibiliten el máximo aprovechamiento de los recursos naturales y de la producción primaria en condiciones estables de eficiencia técnica y económica.
La propiedad privada tiene asignada una función social dentro de la comunidad nacional.
La única verdad es la realidad.
Todas las doctrinas han sufrido terribles deformaciones en el mundo, y las deformaciones doctrinarias tienden a la diversificación de los grupos que las apoyan y terminan con disociar a las comunidades que las practican. No hay doctrina en el mundo que haya escapado a este tipo de deformación, por falta de unidad de doctrina.
El consumo no debe estar sometido a la producción; es decir, que subordine el capital y sus conveniencias al consumo y a las necesidades. Esta es la teoría justicialista.
El Gobierno, el Estado y las organizaciones del Pueblo deben promover el ejercicio y desarrollo de los Derechos del Trabajador establecidos por la Constitución Nacional.
Hay que hacer trabajar el criterio propio en cada caso, porque es el criterio el que va a servir en los casos y no el ejemplo ni el principio.
No es que nosotros seamos tan buenos, sino que los demás son peores.
La acción económica en materia impositiva tenderá a lograr una equitativa distribución de las cargas fiscales en relación con la capacidad contributiva de la población, y a utilizar el impuesto como instrumento de gobierno al servicio de la Justicia Social y de la economía social del país.
Cuando un hombre dice: yo soy apolítico, es como si dijera: yo soy un cretino. No digo lo mismo de un opositor que no comparte mis ideas. Pienso que es un equivocado, pero nunca pienso que es un cretino.
Una doctrina sin teoría resulta incompleta; pero una doctrina o una teoría sin las formas de realizarlas, resultan inútiles; de manera que uno no ha cumplido el ciclo real e integral mientras no haya conformado e inculcado una doctrina, enseñado una teoría y establecido las formas de cumplir una y otra.
Sin independencia económica no hay posibilidad de justicia social.
A más tiempo, menos sangre.