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Y la vida es uno mismo, y uno mismo son los otros.
Juan Carlos Onetti
La reserva caballeresca es un arma de dos filos.
Cada uno acepta lo que va descubriendo de sí mismo en las miradas de los demás, se va formando en la convivencia, se confunde con el que suponen los otros y actúa de acuerdo con lo que se espera de ese supuesto inexistente.
Escribir bien no es algo que el auténticoescritor se propone. Le es tan inevitable como su cara y su conducta.
Si la literatura es un arte, En busca del tiempo perdido importa más que todo lo que se ha escrito en Hispanoamérica desde hace un siglo y medio.
Yo viví en Buenos Aires muchos años, la experiencia de Buenos Aires está presente en todas mis obras, de alguna manera; pero mucho más que Buenos Aires, está presente Montevideo. Por eso fabriqué a Santa María. Si Santa María existiera es seguro que haría allí lo mismo que hago hoy. Pero, naturalmente, inventaría una ciudad llamada Montevideo.
Lo malo no está en que la vida promete cosas que nunca nos dará; lo malo es que siempre las da y deja de darlas.
La libertad es un aire habitual, sin perfumes exóticos, que se respira junto con el oxígeno sin pensarlo, pero conscientes de que existe.
Quien escribe lo que le gusta a los demás puede ser un buen escritor pero nunca será un artista.
El escritor no desempeña ninguna tares de importancia social. La literatura jamás deber ser comprometida. Simplemente debe ser buena literatura. La mía sólo está comprometida conmigo mismo. Que no me gusta que exista la pobreza es un problema aparte.
Era muy niño cuando descubrí que la gente se moría. Eso no lo he olvidado nunca; siempre está presente en mí.
La literatura es mentir bien la verdad.
Yo no tendría ningún interés en escribir si supiera de antemano lo que va a pasar en mis cuentos.
El escritor no desempeña ninguna tarea de importancia social.
Escribo porque es un acto amoroso que me da placer.
Escribo para mí. Para mi placer. Para mi vicio. Para mi propia condenación.
Ya dije mucho y varias veces que escribir es un acto de amor. Y sin eufemismo.
Todos coinciden en que mi obra no es más que un largo, empecinado, a veces inexplicable plagio de Faulkner. Tal vez el amor se parezca a esto. Por otra parte, he comprobado que esta clasificación es cómoda y alivia.
El que pretende dirigirse a la humanidad o es un tramposo o está equivocado. La pretendida comunicación se cumple o no; el autor no es responsable, ella se da o no por añadidura. El que quiera enviar un mensaje - como se ha reiterado ya tantas veces - que encargue esta tarea a una mensajería.