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Es más difícil hacer durar la admiración que provocarla.
Joseph Sanial-Dubay
Nunca entiende peor y favorece menos la mujer sus propios intereses que cuando quiere ser más que mujer.
Los abusos, aun en el estado más sólido, son minas sordas que tarde o temprano estallan.
Los hombres no siempre aman lo que quieren; las mujeres no siempre quieren lo que aman.
Los placeres son como los alimentos: los más simples son aquellos que menos cansan.
Cuando no se ha sabido vivir, menos aún puede saberse morir.
El oro, a la par que es el más puro de los metales, es el mayor de los corruptores.
Cuando uno está dominado por el lujo, la privación de lo superfluo le es casi tan sensible como la falta de lo necesario.
La autoridad de la moda es tan absoluta que nos fuerza a ser ridículos para no parecerlo.
No basta con arrepentirse del mal que se ha causado, sino también del bien que se ha dejado de hacer.