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Después de los setenta, si te despiertas sin dolores es que estás muerto.
Joseph Heller
He llegado por fin a lo que quería ser de mayor: un niño.
Es verdad que optamos por la risa en casi todas las situaciones, con excepción de una que otra visita al dentista.
Ha decidido vivir para siempre o morir en el intento.
Cuando crezca yo quiero ser un niño.
El amor es algo poderoso, ¿no?
Todo el mundo es tan inestable como el agua.
Si el carácter es destino, los buenos son condenados.
Todos los escritores que conozco tienen problemas para escribir.
Mi problema con la soledad es que la compañía de otros nunca ha sido una cura para ella.
En esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima.
Sabía todo sobre la literatura excepto como disfrutarla.
El destino es una buena cosa cuando todo te va bien, cuando eso no es así, no se le llama destino, se le llama injusticia, traición o simplemente mala suerte.
Era un hombre hecho a sí mismo que no le debía a nadie su falta de éxito.
La única sabiduría que he alcanzado es la sabiduría de dudar de la ideología y de los argumentos de los demás.
Los años son demasiado cortos, los días son demasiado largos.
Tiendo a ser escéptico, no me gusta los planteamientos dogmáticos de nadie. No me gusta la intolerancia dogmática y las personas que son intolerantes. Es una de las razones por las que mantener distancia de todas las creencias religiosas.