Imágenes
Y si fueras mi esposa, yo sería tu amante, porque la Iglesia está firmemente en contra del divorcio.
Joseph Brodsky
Cuanta más poesía leemos, más aborrecible nos resulta cualquier tipo de verborrea, tanto en el discurso político o filosófico, como en los estudios históricos y sociales, o en el arte de la ficción. El buen estilo en prosa es siempre rehén de la precisión, de la rapidez y de la lacónica intensidad de la dicción poética.
El poeta prolonga la existencia de la lengua, es una suprema operación lingüística fuera del lenguaje.
Tú eres todo o nadie, y es mutua la anónima franqueza del lenguaje.
¿Qué puedo decir de la vida? Que resultó ser larga. Únicamente con el dolor me siento solidario, pero hasta que me tapen con greda la boca, de ella solo saldrán agradecimientos.
El agua es igual al tiempo y proporciona un doble a la belleza.
Dondequiera que vas la estupidez y la crueldad te siguen. Me da pereza encerrar eso en versos. Como dijo el poeta: En cualquier elemento... ¡Qué lejos vio desde sus marismas natales! Yo agregaría: en cualquier latitud.
La poesía no es un arte, ni una rama de arte, es siempre algo más.
Eras tu la que sacudiendo velos en mi boca húmeda me entregabas la voz con que te podía llamar.
Los libros son, en efecto, menos finitos que nosotros mismos. Incluso los peores sobreviven a quienes los escribieron.
El trozo de mujer con crema suelta al oído palabras largas como una mano en mugrientas greñas. Y tú en las sombras estás solo, sobre la sábana denudo, como un signo zodiacal.
Si te estuvieras ahogando, acudiría a salvarte, a taparte con mi manta y a ofrecerte té caliente.
Yo era simplemente ciego, surgiendo y escondiéndote tu me regalaste la vista, de esa manera se dejan huellas.
Eras tu la que murmurando en mi oreja, con calor me fuistes creando.