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También en estos tiempos, a despecho de los que niegan a Dios, la tierra está muy cerca del Cielo.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado.
Pon todo en las manos de Dios: que tus pensamientos, las buenas aventuras de tu imaginación, tus ambiciones humanas nobles, tus amoreslimpios, pasen por el corazón de Cristo. De otro modo, tarde o temprano, se irán a pique con tu egoísmo.
Un discípulo de Cristo jamás tratará mal a persona alguna; al error le llama error, pero al que está equivocado le debe corregir con afecto: si no, no le podrá ayudar, no le podrá santificar.
Hay que confiar plenamente en el Maestro, hay que abandonarse en sus manos sin cicaterías; manifestarle, con nuestras obras, que la barca es suya; que queremos que disponga a su antojo de todo lo que nos pertenece.
Es más fácil bullir que estudiar, y menos eficaz.
¡Porque me da la gana! Que es una razón muy sobrenatural.
La mayor parte de los que tienen problemas personales, los tienen por el egoísmo de pensar en sí mismos.
Hay que darse del todo, hay que negarse del todo: es preciso que el sacrificio sea holocausto.
Contigo, Jesús, ¡qué placentero es el dolor y qué luminosa la oscuridad!
O sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca.
Los que nos hemos dedicado a Dios, nada hemos perdido.
Tras la guerra viene la paz. ¿Y qué es la paz? La paz es algo muy relacionado con la guerra. La paz es consecuencia de la victoria.
La atención de la mujer casada debe centrarse en el marido y en los hijos. Como la del marido debe centrarse en su mujer y en sus hijos.
Si alguien se descaminara, le quedaría un remordimiento tremendo: sería un desgraciado. Hasta esas cosas que dan a la gente una relativa felicidad, en una persona que abandona su vocación se hacen amargas como la hiel, agrias como el vinagre, repugnantes como el rejalgar.
No vas peor. Es que ahora tienes más luces para conocerte: ¡Evita hasta el más pequeño asomo de desánimo!
El pedante interpreta como ignorancia la sencillez y la humildad del docto.
Ser santo es ser buen cristiano: parecerse a Cristo.
Si eres buen hijo de Dios, del mismo modo que el pequeño necesita de la presencia de sus padres al levantarse y al acostarse, tu primer y tu último pensamiento de cada día serán para El.
También en las almas que parecen más perdidas queda, hasta el final, la capacidad de volver a amar a Dios.
Eres calculador. - No me digas que eres joven. La juventud da todo lo que puede: se da ella misma sin tasa.
La hipocresía hace llevar siempre, a los que la cultivan, una vida de mortificación amarga y rencorosa.
Las almas grandes tienen muy en cuenta las cosas pequeñas.
El matrimonio es una vocación divina.
Cuando el que manda es negativo y desconfiado, fácilmente cae en la tiranía.
El mejor espíritu de sacrificio es la perseverancia en el trabajo comenzado: cuando se hace con ilusión, y cuando resulta cuesta arriba.
A ese Dios invisible, lo encontramos en las cosas más visibles y materiales.
La transigencia es señal cierta de no tener la verdad. - Cuando un hombre transige en cosas de ideal, de honra o de Fe, ese hombre es un hombre sin ideal, sin honra y sin Fe.
No hagas crítica negativa: Cuando no puedes alabar, cállate.
La castidad, la de cada uno en su estado: soltero, casado, viudo, sacerdote, es una triunfante afirmación del amor.
¡La guerra! -La guerra tiene una finalidad sobrenatural-me dices desconocida para el mundo: La guerra ha sido para nosotros... -La guerra es el obstáculo máximo del camino fácil -Pero tendremos, al final, que amarla, como el religioso debe amar sus disciplinas.
No me olvides que, en los asuntos humanos, también los otros pueden tener razón: ven la misma cuestión que tú, pero desde distinto punto de vista, con otra luz, con otra sombra, con otro contorno.
No reprendas cuando sientes la indignación por la falta cometida. - Espera al día siguiente, o más tiempo aún. - Y después, tranquilo y purificada la intención, no dejes de reprender. - Vas a conseguir más con una palabra afectuosa que con treshoras de pelea. - Modera tu genio.
¡Dios mío!, que odie el pecado, y me una a Ti, abrazándome a la Santa Cruz, para cumplir a mi vez tu Voluntad amabilísima, desnudo de todo afecto terreno, sin más miras que tu gloria, generosamente, no reservándome nada, ofreciéndome contigo en perfecto holocausto.
Pide siempre tu perseverancia y la de tus compañeros de apostolado, porque nuestro adversario, el demonio, de sobra conoce que sois sus grandes enemigos.
La infancia espiritual no es memez espiritual, ni blandenguería: Es camino cuerdo y recio que, por su difícil facilidad, el alma ha de comenzar y seguir llevada de la mano de Dios.
Pero a Jesús le basta una sonrisa, una palabra, un gesto, un poco de amor para derramar copiosamente su gracia sobre el alma del amigo.
La gracia de Dios no te falta. Por lo tanto, si correspondes, debes estar seguro.
El pudor y la modestia son hermanos pequeños de la pureza.
¡Cómo hemos de admirar la pureza sacerdotal! -Es su tesoro. -Ningún tirano podrá arrancar jamás a la Iglesia esta corona.