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Un pueblo que pierde la fuerza necesaria para sacudirse el yugo acaba por venerarlo.
José Vasconcelos
Por mi raza de bronce hablará el Espíritu Santo.
Solo lo absoluto merece el acompañamiento de la eternidad.
Quien más haya menester de una cosa, quien más ponga en ella apetencia y voluntad, ese debe de ser su dueño.
México, donde termina la civilización y comienza la Cultura de la Carne Asada.
Cada acto al cumplirse, adquiere condición estática equivalente a la muerte.
Lo que excusa la mezquindad de nuestros actos es que cuando los vivimos, padecemos, y es el caudal del dolor sufrido lo que al cabo determina la misericordia y liquida la expiación.
Solo durante el fugaz instante de nuestra participación con lo absoluto podemos afirmar que existimos.
En la noche llena de estrellas hay más ternura infinita que en todos los corazones humanos.
La civilización termina donde comienza la carne asada.
El conocimiento es sólo una de las representaciones de la existencia.
La cultura engendra progreso y sin ella no cabe exigir de los pueblos ninguna conducta moral.
Cultura es poesía de la conducta y música del espíritu, según la fe del cristiano.
Pueden parecer pobres nuestras reflexiones ante los demás, aún sin serlo, pero tal juicio no alivia la carga del esfuerzo que cuesta alcanzarlas.
Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía.
A menudo la excesiva tolerancia debilita y corrompe a la bondad; en el momento de la pelea se debe ser severo.