Imágenes
El nombre que tenemos sustituye lo que somos: no sabemos nada del otro.
José Saramago
Soy la misma persona que era antes de recibir el Premio Nobel. Trabajo con la misma regularidad, no he modificado mis hábitos, tengo los mismos amigos.
... pero que triste la gente sin otra finalidad en la vida que la de hacer hijos sin saber por qué ni para qué. Para continuar la especie, dicen aquellos que creen en un objetivo final, en un razón última, aunque no tengan ni idea de cuáles son y nunca se hayan preguntado en nombre de qué tiene que perpetuarse la especie, como si fuese ella la única y última esperanza del universo.
Los enemigos no nacen de nuestra voluntad de tenerlos y sí del irresistible deseo que tienen ellos de tenernos a nosotros.
Al final descubrimos que la única condición para vivir, es morir.
Ese lenguaje es de marinero, pero tú no eres marinero, Si tengo el lenguaje, es como si lo fuese.
Si no somos capaces de vivir enteramente como personas, hagamos lo posible para no vivir enteramente como animales.
Darán muchas palmas, saldrá mucha gente a la calle, y después se olvidarán de él, así es la ley de la vida, triunfo y olvido.
Los escritores viven de la infelicidad del mundo. En un mundo feliz, no sería escritor.
Somos el destino que tenemos.
Gustar es probablemente la mejor manera de tener, tener debe de ser la peor manera de gustar.
La voz pública que, como sabemos, es capaz de jurar lo que no vio y afirmar lo que no sabe.
Actualmente soy un inútil, acepto su acusación, pero prefiero esta inutilidad temporal a la supuesta utilidad de su actitud.
No hay bien que dure siempre, tampoco hay mal que siempre dure, máximas supremas de quien tuvo tiempo para aprender con los golpes de la vida y de la fortuna.
Si no tenemos cuidado la vida se vuelve rápidamente previsible, monótona, un engorro.
Los momentos no llegan nunca tarde ni pronto, llegan a su hora, no a la nuestra, no tenemos que agradecerles las coincidencias, cuando ocurran, entre lo que ellos proponían y lo que nosotros necesitábamos.
Se ve que no conoces a las mujeres, son capaces de todo, de lo mejor y de lo peor si les da por ahí, son muy señoras de despreciar una corona a cambio de ir al río a lavarle la túnica al amante o de arrasarlo todo y a todos para sentarse en un trono.
Hay quien me niega el derecho de hablar de Dios, porque no creo. Y yo digo que tengo todo el derecho del mundo. Quiero hablar de Dios porque es un problema que afecta a toda la humanidad.
La República es algo que hay que cuidar, porque si no vamos con cuidado podemos conseguir una república, pero que un día esté presidida por Aznar.
... en Todos los nombres hay una sola persona que tiene nombre y se llama José, no porque sea mi alter ego, yo buscaba un nombre insignificante y la verdad es que el más insignificante que encontré fue el mío.
Disentir es uno de los derechos que le faltan a la Declaración de los Derechos Humanos.
Hay palabras que se retraen, que se niegan, porque tienen demasiado significado para nuestros oídos cansados de palabras.
Un perro es un seguro de vida, un rastreador de rumbos, una brújula con cuatro patas.
Y la democracia, ese milenario invento de unos atenienses ingenuos para quienes significaba, en las circunstancias sociales y políticas concretas del momento, y según la expresión consagrada, un Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
El éxito a toda costa nos hace peor que animales.
Espero morir como he vivido, respetándome a mí mismo como condición para respetar a los demás y sin perder la idea de que el mundo debe ser otro y no esta cosa infame.
Hay quien se pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura, se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río, si están allí es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es lo que importa.
El escritor es sólo un pobre diablo que trabaja.
No todo lo que parece es, no todo lo que es parece. Pero entre el ser y el parecer hay siempre un punto de entendimiento, como si ser y parecer fuesen dos planos inclinados que convergen y se unen. Hay un declive, la posibilidad de escurrir por él, y, si así sucede, se llega al punto en que, al mismo tiempo, se contacta con el ser y el parecer.
Todas estaban frente a él, y no era por casualidad, o porque pensaran, cuando entraron en la Conservaduría General, que el funcionario ausente quizá fuese más simpático y acogedor que los que estaban a la vista a lo largo del mostrador, sino porque esos mismos indicaron que era allí adonde debían dirigirse.
No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona.
Para qué sirve el arrepentimiento, si eso no borra nada de lo que ha pasado. El arrepentimiento mejor es, sencillamente, cambiar.
La mejor manera de defender los secretos propios es respetando los ajenos.
En democracia el ciudadano debe elegir, que yo sepa las multinacionales no se presentan a las elecciones y tienen el poder efectivo, real. Es una comedia de engaños.
Contar los días con los dedos y encontrar la mano llena.
He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro.
Una cosa buena que tiene la ignorancia es que nos defiende de los falsos saberes.
Las mejores lecciones nos llegan siempre de la gente sencilla.
Olvidar es la muerte definitiva y si conseguimos no olvidar, aunque sabemos que no es posible guardar todo en la memoria, eso será prolongar la vida y los nombres de las personas, dotarlas de otra existencia.
Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio. Que es bueno para mi salud. Pero nunca he escuchado a nadie que le diga a un deportista; tienes que leer.