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La filosofía necesita tanto de la muerte como las religiones, si filosofamos es porque sabemos que moriremos.
José Saramago
Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos.
Cuántas veces los temores vienen a amargarnos la vida y al final resulta que no tenían ni fundamento ni razón de ser.
Yo no escribo por amor, sino por desasosiego; escribo porque no me gusta el mundo donde estoy viviendo.
La guerra es un negocio de primer orden, tal vez sea incluso el mejor de todos.
Soy un comunista hormonal.
Estamos llegando al fin de una civilización, sin tiempo para reflexionar, en la que se ha impuesto una especie de impudor que nos ha llegado a convencer de que la privacidad no existe.
El poder real es económico, entonces no tiene sentido hablar de democracia.
Padre e hijo no se amaban, ni poco ni mucho: simplemente se veían todos los días.
No hay en el mundo nada que, en sentido absoluto, nos pertenezca.
Yo no decido sobre lo que voy a escribir. No, yo espero a que algo ocurra.
Actualmente los laboratorios invierten más en mejorar y producir viagra y en desarrollar mejores prótesis mamarias que en medicamentos para el Alzheimer. Ésto provocará -en el curso de unos años- que más gente de la tercera edad tendrá mejores erecciones y senos más prominentes, pero no recordarán para que los tienen.
... el respeto por lo sentimientos ajenos es la mejor condición para una próspera y feliz vida de relaciones y afectos.
Pretendemos comprender la vida a través de sus coherencias e identidades, cuando ciertamente estas se explican por si solas y no nos aportan nada. Deberíamos buscar la comprensión a partir de sus contradicciones pues estas si nos aportan información de la vida y la realidad.
La derrota tiene algo positivo: nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo: jamás es definitiva.
El menor de los males de nuestra civilización es la indiferencia y el mayor la violencia y ahora nos movemos inevitablemente entre ambos polos negativos.
Cuando uno levanta muros, está volviendo a la Edad Media. Si no encuentras ninguna otra forma de resolver los problemas humanos, estás dando marcha atrás en el tiempo.
No creo en Dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia.
Queda el silencio después de la música y después del sermón, qué importa que se alabe el sermón y se aplauda la música, tal vez sólo el silencio exista verdaderamente.
Antes nos gustaba decir que la derecha era estúpida, pero hoy día no conozco nada más estúpido que la izquierda.
Hay personajes de novela que están más vivos que algunos que andan por allí. ¿Hay alguien más vivo que ellos? O esos personajes de Shakespeare, grandes, pequeños, mediocres, magníficos, que vienen de la literatura pero que también están aquí, vivos, entre nosotros.
Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada.
... deberás hacer lo que yo te diga, pero no hacer lo que yo haga.
La alegría y el dolor no son como el aceite y el agua, sino que coexisten.
Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir.
... mantener la disciplina y desarrollar el espíritu de cohesión siempre necesarios para cualquier tarea colectiva.
Lo más curioso, para no decir lo más tristemente divertido, es que las instituciones democráticas son buscadas y queridas por organismos no democráticos.
No encontró respuesta, las respuestas no llegan siempre cuando uno las necesita, muchas veces ocurre que quedarse esperando es la única respuesta posible.
Si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después, las probables, más tarde las posibles, luego las imaginables, no llegaríamos siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos.
Las tres enfermedades del hombre actual son la incomunicación, la revolución tecnológica y su vida centrada en su triunfo personal.
-Que no lo oiga el diablo, señor ministro, El Diablo tiene tan buen oído que no necesita que se le digan las cosas en voz alta, Entonces que dios nos valga, No vale la pena, ése es sordo de nacimiento.
Puede ser que mi verdad sea para ti mentira. Puede ser, sí, la duda es el privilegio de quien ha vivido mucho, tal vez por eso no consigues convencerme para que acepte como certeza lo que me suena a falsedad.
El camino del equívoco nace estrecho, pero siempre encuentra quien esté dispuesto a ensancharlo.
Es con lo que es con lo que tenemos que vivir, no con lo que sería o podría haber sido.
La memoria es selectiva y tiende a borrar las partes duras, va armando un recuerdo basado sólo en lo más dulce... Pero hay que tratar de ser honesto.
El pasado es el reino del fragmento.
La experiencia sólo vale cuando es útil a otros, y usted no es útil a nadie.
El tiempo se deslizaba, incesante, con ese rumor sedoso que tiene la arena que cae de una esfera.
Cuando pienses, cuando quieras ser feliz, dejarás de serlo. Para siempre.
Me ilusiona mucho, ya la tengo, la tengo. Sólo necesito no pensar en ello, dejar que madure en ese otro pensamiento que trabaja por su propia cuenta, me fío de él. Y así hasta que el pensamiento activo pueda tomar la decisión: ahora es mi turno. Entonces me siento a escribir.