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El objetivo es proporcionar la experiencia de Cuba, porque el ron es el sabor líquido de la isla y los habanos son el aroma. Así somos: suaves, agradables, dulces y hospitalarios, pero cuando llega a la garganta, fuertes y ardientes. Somos hospitalarios si se respeta nuestra cultura; si no, la fuerza del ron le recuerda que es capaz de rebelarse.
José Pablo Navarro
Es difícil conservar barriles de 80 años, pero con amor se consigue; a los ancianos hay que tratarlos con delicadeza, porque ofrecen sabiduría.