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Un pueblo no sólo ha de saber vencer, sino también ser vencido. Manifiesta cierta pobreza de espíritu no estar dispuesto a ver en la derrota una de las caras que puede tomar la vida.
José Ortega y Gasset
Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre, no puede destigrarse, el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse.
El progreso no consiste en aniquilar hoy el ayer, sino, al revés, en conservar aquella esencia del ayer que tuvo la virtud de crear ese hoy mejor.
El verdadero tesoro del hombre es el tesoro de sus errores.
Quien quiera enseñarnos una verdad que no nos la diga: simplemente que aluda a ella con un leve gesto, gesto que inicie en el aire una ideal trayectoria, deslizándonos por la cual lleguemos nosotros mismos a los pies de la nueva verdad.
El hombre mejor no es nunca el que fue menos niño, sino al revés: el que al pisar los treinta años encuentra acumulado en su corazón el más espléndido tesoro de la infancia.
No han matado a un hombre, han matado a un entendimiento.
Hoy poseen el dinero los judíos, y son los amos del Mundo; también lo poseían en la Edad Media y eran la hez del Mundo.
Muchos hombres, cómo los niños, quieren una cosa, pero no sus consecuencias.
Odiar a alguien es sentir irritación por su simple existencia.
Una amistad delicadamente cincelada, cuidada como se cuida una obra de arte, es la cima del universo.
Pero hay sobre el pasivo ver un pasivo activo, que interpreta viendo y ve interpretando, un ver que es mirar.
El mando debe ser un anexo de la ejemplaridad.
A la postre, el engaño resulta ser un humilde parásito de la ingenuidad.
Los hombres pueden dividirse en tres clases: los que creen ser donjuanes, los que creen haberlo sido y los que creen haberlo podido ser, pero no quisieron.
Nuestras convicciones más arriesgadas, más indubitables, son las más sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión.
No pido la organización de España por razones de pretérito, sino por razones de futuro.
La ciencia consiste en sustituir el saber que parecía seguro por una teoría, o sea, por algo problemático.
El Arte es incapaz de soportar el paso de nuestra vida. Cuando lo intenta fracasa, perdiendo su gracia esencial.
La ley seca del arte es ésta: "Ne quid nimis", nada de sobra. Todo lo que es adorno, todo lo que se puede suprimir sin que lo esencial se resienta, es contrario a la permanencia de la belleza.
El esfuerzo inútil conduce a la melancolía.
Lo menos que podemos hacer, en servicio de algo, es comprenderlo.
El amor, a quien pintan ciego, es vidente y perspicaz porque el amante ve cosas que el indiferente no ve y por eso ama.
El hijo ni es del padre ni es de la madre; es unión de ambos personificada y es afán de perfección modelado en carne y en alma.
Tanto vale, pues, decir que atendemos una cosa, como decir que esa cosa desaloja un cierto espacio en nuestra personalidad.
Cultura es labor, producción de las cosas humanas; es hacer ciencia, hacer moral, hacer arte.
El mayor crimen está ahora, no en los que matan, sino en los que no matan pero dejan matar.
Puedo comprometerme a ser sincero; pero no me exijáis que me comprometa a ser imparcial.
La vida es lo que hacemos y lo que nos pasa.
Quien quiera ver correctamente la época en que vive debe contemplarla desde lejos. ¿A qué distancia? Es muy sencillo: a la distancia que no permite ya distinguir la nariz de Cleopatra.
El fondo decisivo de nuestra individualidad no está tejido con nuestras opiniones y experiencias de la vida; no consiste en nuestro temperamento, sino en algo más sutil, más etéreo y previo a todo esto. Somos, antes que otra cosa, un sistema nato de preferencias y desdenes.
El amor muere porque su nacimiento fue una equivocación.
La crisis son las secuelas del racionalismo: Objetivismo, naturalismo, fisicismo. Patologías de la modernidad.
Hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella.
El encanallamiento no es otra cosa que la aceptación como estado habitual y constituído de una irregularidad, de algo que mientras se acepta sigue pareciendo indebido.
Ser emperador de sí mismo es la primera condición para imperar a los demás.
He reducido el Mundo a mi jardín y ahora veo la intensidad de todo lo que existe.
Es el porvenir quien debe imperar sobre el pretérito, y de él recibimos la orden para nuestra conducta frente a cuanto fue.
Ciencia, ética y estética. Estas trespalabras significan la cultura para Ortega.
De los falsos amores sólo puede quedar en el alma la melancólica advertenciavde una falsedad, la experiencia de su evaporación.