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No son inútiles la verdad y la ternura. No padezca.
José Martí
El hombre ama la libertad, aunque no sepa que la ama, y anda empujando de ella y huyendo de donde no la halla.
El lenguaje ha de ser matemático, geométrico, escultórico. La idea ha de encajar exactamente en la frase, tan exactamente que no pueda quitarse nada de la frase sin quitar eso mismo de la idea.
El mundo tiene dos campos: los que aborrecen la libertad, porque sólo la quieren para si, están en uno; los que aman la libertad, y la quieren para todos, están en otro.
Hombre recogerá quien siembre escuela.
Ver con calma un crimen es cometerlo.
La felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes.
Sufrir es más que gozar: es verdaderamente vivir.
Quien esconde por miedo su opinión, y como un crimen la oculta en el fondo del pecho, y con su ocultación favorece a los tiranos, es tan cobarde como el que en lo recio del combate vuelve grupas y abandona la lanza al enemigo.
La madre del decoro, la savia de la libertad, el mantenimiento de la República y el remedio de sus vicios, es, sobre todo lo demás, la propagación de la cultura.
Saber leer es saber andar. Saber escribir es saber ascender.
Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz.
El dolor es la sal de la gloria.
Culminan las montañas en pico y los pueblos en hombres.
Es la hora del recuento y de la marcha unida y hemos de andar, en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.
Amor no es más que el modo de crecer.
La verdad no se razona; se reconoce, se siente y se ama.
Es preferible el bien de muchos a la opulencia de pocos.
La sangre de los buenos, no se vierte nunca en vano.
Para todas las penas, la amistad es remedio seguro.
Son terribles en manos de los políticos de oficio las masas ignorantes; que no saben ver tras la máscara de justicia del que explota sus resentimientos y pasiones.
El amor crece, crece como los pinos, crece como las palmas. Y desde lo alto de él, se ve pequeño el mundo.
La juventud es feliz porque es ciega: esta ceguedad es su grandeza: esta inexperiencia es su sublime confianza. ¡Cuán hermosa generación la de los jóvenes activos!
Las ideas justas, por sobre todo obstáculo y valla, llegan a logro.
La libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre.
La patria es ara, no pedestal.
Raro don es la justicia. Todo hombre tiene un poco de león, y quiere para sí en la vida la parte del león. Se queja de la opresión ajena; pero apenas puede oprimir, oprime. Clama contra el monopolio ajeno; pero apenas puede monopolizar, monopoliza: No en balde, cuando el libro de los hebreos quería dar nombre a un varón admirable lo llamaba un justo.
Las palabras deshonran cuando no llevan detrás un corazón limpio y entero. Las palabras están de más, cuando no fundan, cuando no esclarecen, cuando no atraen, cuando no añaden.
Estrategia es política. Los pueblos han de vivir criticándose, porque la crítica es la salud; pero con un solo pecho y una sola mente. ¡Bajarse hasta los infelices y alzarlos en los brazos!
Patria es eso, equidad, respeto de todas las opiniones y consuelo al triste.
Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia, nada construyen, porque sus simientes son de odio.
Se pelea mientras hay por qué, ya que puso la naturaleza la necesidad justicia en unas almas, y en otras la de desconocerla y ofenderla. Mientras la justicia no está conseguida, se pelea.
El mundo es un templo hermoso, donde caben en paz los hombres todos de la tierra, porque todos han querido conocer la verdad, y han escrito en sus libros que es útil ser bueno, y han padecido y peleado por ser libres, libres en su tierra, libres en el pensamiento.
La ignorancia mata a los pueblos, por eso es preciso matar a la ignorancia.
Para verdades trabajamos, y no para sueños. Para libertar a los cubanos trabajamos, y no para acorralarlos.
No desearlo todo para sí; quitarse algo de sí para que toquen a igual parte todos, es valor que parece heroico, a juzgar por el escaso número de los que dan prueba de él.
La libertad obliga a la prudencia: los mutuos deberes al respeto.
Un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército.
La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse al momento presente, sin que la adecuación cueste el sacrificio, o la merma importante del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre el enemigo, antes de que tenga sus ejércitos en fila, y su batalla preparada.
Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, o no es honrado.