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Los que están en el taller del sol, no tienen miedo a la nube.
José Martí
La libertad de mi patria, quisiera verla surgir entre alas, no de entre charcas de sangre.
El amor, administrado por la vigilancia, es el único modo seguro de felicidad y gobierno entre los hombres.
Pensar es prever.
De hombres de sacrificio necesita la libertad: no de hombres que deshonren o mermen o abandonen a los que están prontos al sacrificio, al sacrificio racional y útil, al sacrificio de los de hoy, para la ventura de los de mañana.
El deber ha de cumplirse sencilla y naturalmente.
Cada pueblo se cura conforme a su naturaleza, que pide diversos grados de la medicina, según falte éste u otro factor en el mal, o medicina diferente. Ni Saint-Simon, ni Karl Marx, ni Marlo, ni Bakunin. Las reformas que nos vengan al cuerpo. Asimilarse lo útil es tan juicioso, como insensato imitar a ciegas.
Las campañas de los pueblos sólo son débiles cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer; pero cuando la mujer se estremece y ayuda, cuando la mujer tímida y quieta de su natural, anima y aplude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño, la obra es invencible.
Un ambicioso, es un criminal.
Los hombres políticos de estos tiempos han de tener dos épocas: la una, de derrumbe valeroso de la innecesario; la otra, de elaboración paciente de la sociedad futura con los residuos del derrumbe.
Si hay algo que ennoblezca a la juventud, es el miramiento y el respeto a los ancianos.
El pueblo que quiera ser libre, sea libre en negocios.
El derecho del obrero no puede ser nunca el odio al capital; es la armonía, la conciliación, el acercamiento común de uno y del otro.
No hay espectáculo, en verdad más odioso, que el de los talentos serviles.
Todo el que deja hacer lo que es capaz de hacer, peca.
Esta juventud entusiasta es bella. Tiene razón, pero aunque estuviera equivocada, la amaríamos.
Para ir adelante de los demás, se necesita ver más que ellos.
De amar las glorias pasadas, se sacan fuerzas para adquirir las glorias nuevas.
Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas.
Se afirma el pueblo que honra a sus héroes.
Para mí la patria, no será nunca triunfo, sino agonía y deber.
En plegar y moldear está el arte político. Sólo en las ideas esenciales de dignidad y libertad se debe ser espinudo, como un erizo, y recto, como un pino.
Me parece que me matan un hijo cada vez que privan a un hombre del derecho de pensar.
La libertad política no estará asegurada, mientras no se asegure la libertad espiritual.
La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.
Yo quiero unir mi destino al de los pobres del mundo.
La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla.
Es bueno el que ama, y él sólo es bueno: y el que no ama, no lo es.
La educación empieza con la vida y no acaba sino con la muerte.
El deber de un hombre esta allí donde es más útil.
Hay que andarse con tiento en eso de cantar victorias diplomáticas sobre otra nación, porque el cacareo puede deshacer lo que ha logrado hacer la diplomacia.
Sólo el amor engendra melodías.
Educar es elevar al hombre al nivel de su tiempo.
Los grandes derechos no se compran con lágrimas, sino con sangre.
Mi verso al valiente agrada: mi verso breve y sincero, es del vigor del acero con que se funde la espada.
Sólo la opresión debe temer el ejercicio pleno de las libertades.
Mis políticas son así, dejar la idea honrada al cuidado de la honradez de los hombres.
Grande es la palabra cuando cabalga la razón.
Los odiadores debieran ser declarados traidores a la república. El odio no construye.
La actividad es el símbolo de la juventud.