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Para sacudir todos los corazones con las vibraciones del propio corazón, es preciso tener los gérmenes e inspiración de la humanidad.
José Martí
Perdonar es vencer.
Mi trabajo es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande.
Todo es gozo cuando se pelea por la luz del mundo.
La victoria está hecha de cesiones.
Los pueblos han de tener una picota para quien les azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad.
Quien se alimenta de ideas jóvenes, vive siempre joven.
La inteligencia da bondad, justicia y hermosura; como una ala, levanta el espíritu; como una corona, hace monarca al que la ostenta.
Buscamos la solidaridad no como un fin sino como un medio encaminado a lograr que nuestra América cumpla su misión universal.
El primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de su tiempo.
De una patria, como de una madre, nacen hombres.
La justicia, la igualdad del mérito, el trato respetuoso del hombre, la igualdad plena del derecho: eso es la revolución.
Salió a verlo al mirador;
Ha de ser limpia la casa, y la conducta.
Los hombres se dividen en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen.
Patria es humanidad.
Es culpable el que ofende la libertad en la persona sagrada de nuestros adversarios, y más si la ofende en nombre de la libertad.
Juntarse esta es la palabra del mundo.
La ignorancia mata a los pueblos.
Hacer es la mejor manera de decir.
Una idea justa que aparece, vence.
El poder no es más que el respeto a todas las manifestaciones de la justicia.
El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno para mantener el suyo.
El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber.
Hacer de la política, no el arte de retener el gobierno, ni de dar a las naciones brillo pasajero, sino de estudiar sus necesidades reales, favorecer sus instintos, y tratar del aumento y amparo de sus haberes.
Dígase Hombre y ya se han dicho todos los derechos.
Nuestra patria es una, empieza en el Río Grande, y va a parar en los montes fangosos de la Patagonia.
El arma es para herir, y la palabra para curar las heridas.
El color tiene límites, la palabra: labios, la música: cielo. Lo verdadero es lo que no termina y la música está perpetuamente palpitando en el espacio.
Todo hombre está obligado a honrar con su conducta privada, tanto como con la pública, a su patria.
El honor es la dicha y la fuerza.
En política, lo único verdadero, es lo que no se ve.
Un pueblo instruido serà siempre fuerte y libre.
La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.
Toda la Gloria del Mundo cabe en un grano de maíz.
Gobernar no es más que prever.
Enseñar, que es lo más bello y honroso del mundo.
No valen antifaces en los países de prensa libre, que sale cada mañana, como un viento duende, levantando caretas.
No hay más goces reales en el mundo que el amor fiel de la casa, y la amistad en los pocos hombres buenos.
Lo que en el militar es virtud, en el gobernante es defecto. Un pueblo no es un campo de batalla. No se sabe de ningún edificio construido sobre bayonetas.