Imágenes
Las ideas únicamente estéticas de la poesía son infinitas por extensión y libertad. La emoción estética resulta un sueño, un animismo de amor.
José María Eguren
La muerte apaga en la tierra la luz de los ojos, pero enciende la del recuerdo.
Existen en las tinieblas frondales, fuerzas ocultas y entes graves, que laboran entre plantas delgadas de las pequeñas cámaras verdes de los sotos perdidos. Son los arcanos principios de vida, gestaciones ignotas.
Un amor en la sombra nos escucha, por no turbar el aire, ni respira.
Te siento en el encanto, te siento en la harmonía que tienen las nereidas de lánguida dulzura; bajo la luz plateada, cerca la mar sombría un sueño me pareces de indecible ventura.
Me gusta mucho la música, pero tengo miedo porque confunde y absorbe tanto que no quisiera salir de allí, y cuando alguien toca no lo dejo.
El ensueño es la difusión sublime, pues no tiene finales, siempre en estado de infinito, es la metafísica de la esperanza y la belleza.
A niña que dulces amores sueña la persigue el Duque de los halcones; y si no mienten las fablas de dueña, se acercan doradas tribulaciones.
Dulce le ríe, dulce la espía la hermosa de melancolía.
El ideal de la vida es inseparable del de la muerte. Debemos amar la vida para no temer la muerte, que es un pórtico de renovación; es decir: de nueva vida.
Con cálidos ojos de dulzura y besos de amor matutino, me ofrece la bella criatura un mágico y celeste camino.
Los supremos ideales de socialismo y santidad son pleno amor.
Con matices y borrones, va cantando felices supersticiones.
El ángel de los sueños te ha besado para dejarte amor sentido y musical y cuyos sones de tristeza llegan al alma mía, como celestes miradas en esta niebla de profunda soledad.
Hay una infinitud de ideales disímiles como las hojas. El ideal es lo íntimo del ser, lo que lo distingue de los otros seres. Ese átomo diferencial, único para cada individuo, es en el plano sentimental y estético la personalidad de arte y la inmortalidad individual, pues no existen, ni han existido dos seres de sentimentalidad idéntica desde el principio del mundo.
La música de la palabra es el complemento del canto, marca un colorido visible y atesora inflexiones para los seres y las cosas, para los matices del sentimiento y la forma.
El bosque es una afirmación de la naturaleza y un elemento vital que aspira la humedad de la atmósfera y tiende sus frutos a todos los seres orgánicos. Alimenta desde el hombre hasta el cocón y la efímera, galvanizando los matices ocultos y descorriendo los poderes mágicos de la naturaleza campesina. Es una concentración harmónica de los valores primos de la naturaleza.
El ideal de la gloria, de la piedad y la ternura; la suprema virtud de humanidad, todo está en este amor, siempre lejano porque es infinito de belleza y bondad.
Y el rey colorado de barba de acero, su padre, la llama con queja amorosa; y un llanto de fiera, un llanto sincero se pierde en la duna de Islandia brumosa.
En el campo de la ética el individualismo es una desconexión aparente, pues, como se sabe, el primer movimiento para la acción colectiva es individual, surge de un egoísmo para convertirse en un amor, el primer ideal de la vida.
Ese átomo diferencial constituye el ideal: lo más intenso de la vida.
La delicadeza sintetiza lo bello.
Los amores de la chinesca tarde fenecieron nublados en la música azul.
El ideal es un primer motivo, un avance en el rumbo infinito, una esperanza intuyente. Náufraga en el torrente de la vida, la humanidad se incorpora, con la mirada en la altura, en el celaje alegre que engalana el deseo.