Imágenes
La muerte de un hombre libre lava la ignominia de un pueblo de esclavos.
José María de Pereda
Tenia razón Neluco cuando me afirmaba que el hombre de inteligencia cultivada lleva en si propio los recuerdos necesarios para vivir a gusto en todas partes, con tal que no trueque los cabos de la polea ni se empeñe en subir lo que está abajo, en lugar de bajar lo que está arriba, hasta conseguir el nivel de ideas apetecido para un fin determinado.
Créeme, hijo: cuanto menos carga de antojos se saque de esta vida, más andadero se encuentra el camino de la otra.
O te falta juicio, o te sobra amor.
Como aun no era yo propiamente viejo y me sentía fuerte, y en estas angosturas y asperezas del terruño hallaban pasto y solazabundante las cortas ambiciones de mi espíritu, aprendí a arrastrar con valentía la cruz de mis dolores y hasta logré olvidarme, tiempo andando, de que los llevaba a cuestas.
Quien aspira a adquirir riqueza u honores no sabe amar.
Cuantos menos caprichos se extraigan de esta vida, más fácil es el camino hacia la otra.
Todas las gentes me dicen: ¿Cómo no te casas, Juan? Las que me dan no las quiero, las que quiero no me dan.
El hombre, abrumado constantemente por las cargas de la familia, pierde hasta la libertad de ser honrado y el derecho de ser feliz.
Gran libro es la vejez. ¡Lástima que el hombre tenga que morirse cuando comienza a leerlo con provecho!
Las lágrimas fueron puestas por Dios en los ojos para deshacer las penas del corazón.