Imágenes
No aprovechan los trabajos si no han de enseñarnos nada; el hombre de una mirada todo ha de verlo al momento. El primer conocimiento es conocer cuándo enfada.
José Hernández
Que la tierra no da fruto si no la riega el sudor.
Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera.
Mi gloria es vivir tan libre, como el pájaro del cielo, no hago nido en este suelo, ande hay tanto quen sufrir; y naides me ha de seguir cuando yo remuento el vuelo.
Pues el pájaro cantor jamás se para a cantar en árbol que no da flor.
El que se tiene por hombre, ande quiera hace pata ancha.
El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo.
Al que, es amigo, jamás lo dejen en la estacada, pero no le pidan nada ni lo aguarden todo de él: siempre el amigo más fiel es una conducta honrada.
Obedezca el que obedece y será bueno el que manda.
Y si canto de este modo por encontrarlo oportuno, no es para mal de ninguno sino para bien de todos.
No me hago al lao de la güeya, aunque vengan degollando, con los blandos yo soy blando, y soy duro con los duros, y ninguno en un apuro me ha visto titubiando.
Yo alabo al eterno Padre, no porque las hizo bellas, sino porque a todas ellas les dio corazón de madre.
Hacete amigo del juez, no le des de que quejarse, que siempre es bueno tener, palenque de ande rascarse.
El cantar mi gloria labra y poniéndome a cantar, cantando me han de encontrar aunque la tierra se abra.
La ocasión es como el fierro: se ha de machacar caliente.
Aquí me pongo a cantar, al compás de la vigüela que al hombre que lo desvela una pena extraordinaria, como el ave solitaria con el cantar se consuela.
Y naides se muestre altivo aunque en el estribo esté que suele quedarse a pie el gaucho más alvertido.
Muchas cosas pierde el hombre que a veces las vuelve a encontrar, pero les debo enseñar, y es güeno que lo recuerden, si la verguenza se pierde jamas se vuelve a encontrar.
El mal es árbol que crece y que cortado retoña.
Junta experiencia en la vida, hasta para dar y prestar, quien la tiene que pasar entre sufrimiento y llanto, porque nada enseña tanto, como el sufrir y el llorar.
Sepan que olvidar lo malo también es tener memoria.
Debe trabajar el hombre para ganarse su pan, pues la miseria en su afán ha de perseguirlo de mil modos, toca en la puerta de todos, y entra en la del haragán.
Un padre que da consejos, más que padre es un amigo.
Sólo los cobardes son valientes con sus mujeres.
Con los blandos yo soy blando y soy duro con los duros.
Y sepan que ningún vicio acaba donde comienza.
Por encontrarlo oportuno allí juramos los dos: respetar tan sólo a Dios, de Dios abajo, a ninguno.
Es mejor que aprender mucho el aprender cosas buenas.
De ese modo nos hallamos empeñaos en la partida. No hay que darla por perdida por dura que sea la suerte; ni que pensar en la muerte, sino en soportar la vida.
Dios formó lindas las flores, delicadas como son; le dio toda perfección y cuanto él era capaz, pero al hombre le dio más cuando le dio el corazón.
El corazón humano y la moral son los mismos en todos los siglos.
Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que a mi historia le faltaba lo mejor.
No hay tiempo que no se acabe ni tiento que no se corte.
Nadie sabe en qué rincón se oculta el que es su enemigo.
Gracias le doy a la Virgen, gracias le doy al Señor, porque entre tanto rigor y habiendo perdido tanto, no perdí mi amor al canto ni mi voz como cantor.
Enseñando que el trabajo honrado es la fuente principal de toda mejora y bienestar.