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El pueblo es soberano y él sabrá investigar las operaciones de sus representantes.
José Gervasio Artigas
Para conseguir el feliz éxito, y la deseada felicidad a que aspiramos, os recomiendo á nombre de la Excelentísima Junta vuestra protectora, y en el de nuestro amado jefe, una unión fraternal, y ciego obedecimiento á las superiores órdenes de los jefes, que os vienen a preparar laureles inmortales.
Los Pueblos deben ser Libres. Ese carácter debe ser su único objeto y formar el motivo de su celo.
Soy poco amigo, Señor, de las formalidades superfluas; la verdad simple y clara es la expresión de mi lenguaje.
No existe un pacto expreso que deposite en otro pueblo de la federación la administración de la soberanía.
Sólo aspiro al bien de mi Patria en la justa causa que sigo.
Vosotros estáis en el pleno goce de vuestros derechos: ved ahí el fruto de mis ansias y desvelos, y ved ahí también todo el premio de mi afán. Ahora en vosotros está el conservarlo. Yo tengo la satisfacción honrosa de presentaros de nuevo mis sacrificios y desvelos, si gustáis hacerlo estable. Nuestra historia es la de los héroes.
Todas las provincias tienen igual dignidad e iguales derechos.
Llegaré muy en breve a mi destino con este pueblo de héroes, y al frente de seis mil de ellos que obran como soldados de la patria trabajaré gustoso en propender a la realización de sus grandes votos.
La Libertad, Igualdad, Seguridad sean nuestros dignos frutos.
Las causas de los pueblos no admiten la menor demora.
Toda clase de precaución debe prodigarse cuando se trata de fijar nuestro destino.
La cuestión es entre la libertad y la tiranía. Nuestros opresores, no por su origen sino por el mero hecho de serlo, son el objeto de nuestro odio.
Aquí, donde el río se enoja y se revuelve en hervores y remolinos, sobre la meseta purpúrea rodeada de fosas y cañones, gobierna el general Artigas. Estos mil fogones de criollos pobres, estos ranchos de barro y paja y ventanas de cuero, son la capital de la confederación de pueblos del interior del Río de la Plata.
Nada más doloroso a su vista, y a la de todos sus facciosos, que el ver marchas (con pasos majestuosos) esta legión de valientes patriotas, que acompañados con vosotros van á disipar sus ambiciosos proyectos: y á sacar a sus hermanos de la opresión en que gimen, bajo la tiranía de su despótico gobierno.
Para mí no hay nada más sagrado que la voluntad de los pueblos.
Vosotros estáis en pleno goce de vuestros derechos: ved ahí el fruto de mis.
Clemencia para los vencidos, curad a los heridos, respetad a los prisioneros.
Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana.
Cuando se trata de salvar los intereses públicos, se sacrifican los particulares.
Es muy veleidosa la probidad de los hombres; sólo el freno de la Constitución puede afirmarla. Mientras ella (no exista), es preciso adoptar las medidas que equivalgan a garantía preciosa que ella ofrece.
Yo no soy vendible, ni quiero más premio por mí empeño que ver libre mi nación del poderío español.
Cuando no tenga soldados pelearé con perros cimarrones.
A la empresa compatriotas, que el triunfo es nuestro: vencer o morir sea nuestra cifra; y tiemblen, tiemblen esos tiranos de haber excitado vuestro enojo, sin advertir que los americanos del sud, están dispuestos a defender su patria; y a morir antes con honor, que vivir con ignominia en afrentoso cautiverio.
Los más infelices sean los más privilegiados.
Nada podemos esperar si no es de nosotros mismos.
No venderé el rico patrimonio de los orientales, al bajo precio de la necesidad.
Con libertad no ofendo ni temo.
Tiemblen los tiranos de haber excitado nuestro enojo.
Sean los orientales tan ilustrados como valientes.
Unidos íntimamente, luchamos contra tiranos que intentan profanar nuestros más sagrados derechos.
La libertad de América forma mi sistema y plantearlo es mi único anhelo.
Que los indios en sus pueblos se gobiernen por sí
Nuestra historia es la de los héroes.
Los jóvenes deben recibir un influjo favorable en su educación para que sean virtuosos y útiles a su país.
Son tantos los soldados con que puede contar la patria, cuantos son los americanos que la habitan en esta parte de ella.
Los pueblos de América del Sur están íntimamente unidos por vínculos de naturaleza e intereses recíprocos.