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Todos los oradores que han hablado antes que yo, han dicho: El fascismo no pasará. Y yo os digo que esta frase sólo tiene sentido cuando se toman todas las medidas necesarias para luchar contra el fascismo.
José Díaz Ramos
Cuando la burguesía - particularmente sus capas más reaccionarias- no pueden seguir dominando por procedimientos democráticos, apela a los métodos de la dominación fascista.
Camaradas, es preciso que nos preguntemos por qué se mantienen en el Poder gobiernos tan impopulares como los que padecemos, representantes de una minoría del país, en contra de la voluntad de la gran mayoría del pueblo. Y, naturalmente, tenemos que repetir que un Gobierno, por muy podrido que esté, no cae solo. Hay que empujarlo para que caiga, y empujarlo de manera que no pueda levantarse más.
Nosotros luchamos por la Dictadura del Proletariado, por los Soviets. Lo declaramos paladinamente, porque nosotros como Partido del proletariado, no renunciamos a nuestros objetivos.
Los Sindicatos no son organismos desligados de la política, toda vez que se inspiran en los principios de la lucha de clases.
Es indudable que las masas que hoy se congregan en el Cine Europa, y las del Cine Pardiñas también, son antifascistas y quieren la amnistía, ¿por qué entonces no estamos todos juntos, en un solo mitin?
¿De cuál democracia? Si se trata de la democracia para el pueblo trabajador, si se trata de liquidar los privilegios y las desigualdades sociales, nadie más democrático que nosotros.
¿Cuáles son las fuerzas que hoy pueden luchar unidas contra la reacción y el fascismo? Para nosotros, no es dudoso: estas fuerzas son el Partido Comunista y el Partido Socialista, las Juventudes Comunistas y Socialistas, los anarquistas, los sindicalistas y los republicanos de izquierda, todas las organizaciones populares de masas que estén dispuestas a luchar contra el fascismo.
Ahí tenéis al fascismo italiano, desplegando en Abisinia una guerra de rapiña, matando a la población inerme, aniquilando a los que defienden la libertad de su pueblo. Ahí tenéis a los bárbaros fascistas, que dicen cínicamente que llevan la civilización a Etiopía con sus cañones y su aviones, descargando metralla sobre un pueblo que defiende su libertad.
La fuerza del fascismo reside más que en nada, camaradas, en el hecho lamentable de la división de las fuerzas capaces de oponerse a su avance.
A los que os decís defensores de la patria, podemos demostraros que en España las empresas más importante están en manos del capitalismo extranjero.
Los sindicatos no son organismos desligados de la política, toda vez que se inspiran en los principios de la lucha de clases. Y no puede ser de otro modo. Porque, ¿Quién compone los sindicatos? Los compone la clase obrera: los panaderos, los albañiles, los metalúrgicos; en una palabra, los explotados.
Nosotros, Partido Comunista, luchamos y lucharemos siempre por la realización de nuestro programa máximo, por la implantación en España del Gobierno obrero y campesino, por la dictadura del proletariado en nuestro país.
...; pero la realidad es la que yo os digo. Si Gil Robles dura mucho tiempo en el Ministerio de la Guerra, tened presente que lo que él y sus hordas fascistas no puedan conseguir legalmente lo conseguirán valiéndose de los resortes del Ministerio de la Guerra.
¿Tendremos que repetir una vez más que es a toda costa necesario saber aprovechar las contradicciones en el campo de la burguesía y saber utilizar a los aliados que temporalmente nos brinde una situación determinada?
El pueblo todo, como un solo hombre, exterminará a sus enemigos.
La Ceda y los radicales cumplen fielmente el mandato de sus amos, de los capitalistas y terratenientes. Tienen el encargo de reprimir a sangre y fuego el movimiento revolucionario, y no repararan en medios. Esa es su triste misión.
Si fueramos una partida de pedantes que contempláramos el mundo desde la atalaya de la suficiencia y de la infabilidad, empleando siempre los mismos procedimientos de lucha y la misma táctica, sin preocuparnos de los cambios de situación, entonces no seríamos el Partido del proletariado.
..., Gil Robles opinaba que cuantos más revolucionarios se mataran, menos enemigos le quedaban.
Desde ahora, más que antes, la lucha se empeña con una divisoria que separa los dos campos: revolución y contrarrevolución. Esto lo dice ABC, y no le falta razón. Una unión tan amplia, por nuestra parte, nos dará el triunfo seguro. Y, los mismos fascistas lo dicen, no hay más que dos frentes: Fascismo y Antifascismo, Revolución o Contrarrevolución.
Es necesario repetir una y mil veces que el peligro fascista es, en España, muy grande. Y es muy grande porque el fascismo tiene en sus manos importantes órganos de Poder. Existe, desgraciadamente en el mismo campo obrero,...
El genio de la revolución mundial, Lenin, dijo que la revolución no se hace, sino que se organiza. Y esto mismo os decimos nosotros, os dice el Partido Comunista: que a la represión de este Gobierno, a los propósitos claros de hundirnos en el infierno fascista del hacha y del patíbulo, nosotros tenemos que oponer y oponemos ya la lucha organizada.
Hay que suponer que Gil Robles no estará en el Ministerio de la Guerra precisamente para democratizar el ejército sino para preparar el golpe militar que entronice la dictadura terrorista y sangrienta del fascismo.
Pero cuando honradamente se quiere luchar contra un peligro y combatir por la revolución, hay que atar bien los cabos.
No se puede decir más claro que la CEDA, que no se fijaba en la calidad de las personas, fue a la colaboración con los lerrouxistas a sabiendas de que iba a encubrir los negocios sucios, a colaborar con ellos. Y ya conocéis el viejo axioma español que dice: ¡A autores y encubridores, pena por igual!
Y, sin embargo, todo el mundo ha comprendido que el peligro guerrero del fascismo alemán hace que se establezca una coincidencia momentánea entre el país del proletariado y la Francia de la democracia burguesa.
Hay que repetirlo una y cien veces, camaradas: el tiempo apremia, el tiempo obra contra nosotros. Si este gobierno no es derrumbado rápidamente, a pesar del entusiasmo que demostramos en los actos públicos y de nuestra voluntad antifascista dispersa, el triunfo del fascismo en España será un hecho.
Conocido es el terror que sufren los obreros y antifascistas de Chile y la libertad de que, en cambio, disfrutan allí los agentes del nazismo hitleriano.
Después de lo que conocéis que ha hecho la contrarrevolución en Asturias, ya podéis imaginaros lo que sería en España el fascismo.
Y decidme, camaradas, si esto, si el Frente Unico, era una necesidad vital antes de Octubre, ¿qué no será ahora, hoy en que el peligro fascista es más grande, más inmediato, cuando tiene ya en sus manos una parte del aparato del Estado?
Creéis que es tanta la diferencia que puede haber entre un hermano socialista, un hermano comunista o un hermano anarquista?
En la Unión Soviética, no se conoce esa plaga del régimen de producción capitalista que es el paro forzoso.
Debemos luchar contra toda clase de manifestaciones de impaciencia exagerada y contra todo intento de romper el Frente Popular prematuramente.
Las masas populares, vosotros, obreros y antifascistas en general, sois los patriotas,...
¿Creéis que se puede oponer solamente el entusiasmo a la fuerza de un enemigo organizado, hábil y con un feroz aparato de represión? No, camaradas; si no los encuadramos en la lucha, la voluntad y el entusiasmo serían estériles.
No menos alcance tendrá nuestro triunfo en los países americanos de habla española, y ante todo en lo más avanzados: Argentina, Brasil, Uruguay y Chile.
... y hemos visto cómo el enemigo, comprobando hasta dónde llegan el entusiasmo y la abnegación en el trabajo y en la lucha de los verdaderos españoles, hace una amalgama de candidaturas; se unen, se coligan elementos monárquicos, elementos fascistas, vaticanistas y radicales.
Organizar el Frente Unico de lucha en forma permanente y con carácter nacional, para dar batalla a la contrarrevolución: ¡tal es anhelo de las masas trabajadoras!
Y oídlo bien, camaradas, que lo oigan cuantos quieran oírlo: los comunistas han llamado a la lucha y a la insurrección, a las masas, se han puesto a la cabeza y han luchado contra las fuerzas represivas de la reacción y del fascismo con las armas en la mano.
...; nosotros estamos orgullosos de cuanto han hecho las masas y estamos orgullosos sobre todo de la insurrección de Asturias.