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Utilizar la psicología para salsear nuestras necesidades espirituales es pedirle a la psicología que se haga cargo de aquello que como ciencia no conoce y no maneja.
Jorge Bucay
Yo no creo para nada en el esfuerzo como camino para hacer algo. Digo, no creo que haya que esforzarse, sino que hay que dedicarse, que no es lo mismo. La dedicación a algo, la apuesta de todo lo que soy al servicio de un proyecto, no es un esfuerzo. Yo no creo en el esfuerzo, en el sentido de forzarme a hacer lo que no quiero hacer.
Casi siempre hay un elemento positivo en una situación negativa, así como casi siempre hay un aspecto negativo en una situación positiva.
Estar cerca del que más sabe hace más sabio al que no sabe.
El amor concede, empuja, fomenta que aquellos a quienes yo amo transiten también espacios cada vez menos dependientes.
¿El camino que se elige es siempre el correcto? Lo correcto está en la elección, no en el acierto.
Creo que la felicidad puede lograrse, siempre y cuando uno no caiga en la estúpida idea de creer que ser feliz es estar riéndose todo el día.
Lo que pasa con la gente que sufre es que ha sido abandonada de sí misma. Ha padecido el abandono de sus partes adultas; sus niños han quedado a la deriva, sin nadie que los contenga. Y han tenido que ir a buscar por ahí, a cualquier lado, ayuda, y más que ayuda, dependencia.
Si está en un callejón sin salida, no sea tonto... salga por donde ha entrado.
La comunicación profunda que sólo consiguen entre sí aquéllos que tienen el valor de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser lo que tienen para dar.
Algunas de nuestras elecciones están limitadas por nuestra anatomía.
No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si me hacés quedar mejor que los demás, alguien va a sufrir; y si me hacés lucir peor que los demás, seré yo quien sufra.
Nadie tiene más posibilidades de caer en el engaño que aquel para quien la mentira se ajusta a sus deseos.
No me grites. Te respeto menos cuando lo hacés, y me enseñás a gritar a mí también, y yo no quiero perder el respeto por ninguno de los dos.
La muerte de un ser querido es un hecho inevitable en nuestras vidas y el crecimiento que de eso deviene también.
A los amigos no hay que elegirlos entre aquellos que son capaces de acompañarte cuando lloras; hay que elegirlos entre aquellos que son capaces de reírse de lo mismo que tú te ríes.
El canal de parto y el ataúd son dos lugares diseñados para un solo cuerpo. Y esto, Demián, para mí quiere decir que nacemos solos y morimos solos.
Si uno dice todo el tiempo ¡maldición!, así es difícil animarse y salir de la crisis.
Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.
No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con las emociones.
Hoy, a mí lo que más me preocupa, por encima de la situación económica, es la violencia. La violencia en todas sus manifestaciones, desde la guerra a la intolerancia.
No me digas que haga una cosa si vos no la hacés. Yo aprendo siempre de lo que hacés; pero me cuesta hacer lo que decís sin coherencia con tu propio actuar.
Nada que sea bueno es gratis.
Hay que aprender a pedir ayuda sin depender y hay que aprender a recibir ayuda sin creer que uno está dependiendo.
Las dificultades se nos revelan, pues, como etapas positivas de la vida, ya que son ellas las que nos permiten llegar a la felicidad.
No estés siempre dando órdenes. Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.
Dejame valerme por mí mismo. Si lo hacés todo por mí, nunca podré aprender. Por si lo olvidaste sólo se aprende de los errores.
También soy muchas veces un idiota, y algunas veces un idiota genial.
No me gusta esa educación según la cual tú tienes que pelearte por superar a los demás y no por superarte a ti mismo.
Deseos, apego, anhelos y expectativas; he aquí las raíces de nuestro sufrimiento.
Tú eliges hacia dónde y tú decides hasta cuándo, porque tu camino es un asunto exclusivamente tuyo.
Enseñame a amar y a darme la oportunidad de conocer a los otros. No importa si la vida me lo va a enseñar de todos modos; porque de nada vale si veo que vos no amas ni vivís en contacto con el prójimo.
La muerte llegará, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.
Somos absolutamente incapaces de poder ofrecer a nuestros seres queridos la protección que quisiéramos contra todo peligro, contra cualquier dolor, contra las frustraciones, contra el tiempo perdido, contra la vejez y contra la muerte.
Para autodepender, voy a tener que pensarme a mí como el centro de todas las cosas que me pasan.
No me des sin medida, todo lo que te pida. A veces pido para saber hasta cuánto es razonable tomar.
No digas mentiras delante mío, ni me pidas que las diga por vos, ni siquiera para sacarte de un apuro. Me hace sentir mal y perder la fe en lo que decís.
No me digas: No tengo tiempo para tonterías cuando te cuente un problema mío. O Eso no tiene importancia. Tratá de comprenderme y ayudarme.
El deseo adquiere sentido cuando soy capaz de transformarlo en una acción.
Jamás te persigas creyendo que ya deberías sentirte mejor. Tus tiempos son tuyos. Recordá que el peor enemigo en el duelo es no quererse.