Imágenes
Un viaje es como el matrimonio. Uno se equivoca si piensa que tiene todo controlado.
John Steinbeck
Un hombre estaba tan enfadado conmigo que terminó su carta diciéndome: tenga cuidado, usted no saldrá vivo de este mundo.
No hay mejor trampolín que una mala conciencia para saltar a la filantropía.
El cambio viene como una pequeña brisa que agita las cortinas al amanecer, viene como el discreto perfume de las flores silvestres, escondidas en la hierba.
Los seres humanos tienen a veces más ponzoña que las serpientes.
De todos los animales de la creación el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir.
Y no era guapa. Quizá no llegaba ni a bonita, pero poseía ese encanto que hace que los hombres vayan tras una mujer, con la esperanza de que algo de él se les transmita.
El dinero es muy fácil de hacer si no se quiere otra cosa. Pero con unas pocas excepciones, lo que los hombres quieren no es dinero, sino lujo, amor y ser admirados.
Es curioso lo lejana que resulta una desgracia cuando no nos atañe personalmente.
Usted ya no es un hombre; es usted un soldado. Sus preocupaciones no tienen importancia, teniente, y tampoco su vida tiene mucha.
En uno de los extremos del pueblo, de casas bajitas, un perro se quejaba del frío y de la soledad, y, levantando el hocico hacia su dios, le daba su elocuente opinión sobre el mundo tal como él lo veía.
No se requiere cerebro para ser bueno. Y a veces creo que es lo contrario.
Delante de nosotros hay mil vidas distintas que podríamos vivir, pero cuando llegue, sólo será una.
Comprendo que un sistema construido sobre un molde determinado trate de destruir el espíritu libre, porque éste representa una amenaza para su supervivencia. Por supuesto que lo comprendo, pero lo detesto, y lucharé contra ello para preservar lo único que nos diferencia de las bestias incapaces de crear. Si la gloria puede ser aniquilada, estamos perdidos.
No existe el pecado y no existe la virtud. Solo hay lo que la gente hace.
Sólo somos animales. Vivimos tratando de ser menos solitarios. Uno de los métodos antiguos es contar una historia que comienza con algo como Esa es la forma que es, o por lo menos, la que pienso que es. Usted no está tan solo como piensa.
Y entonces siento que soy un hombre. Y también que un hombre es algo muy importante, acaso más importante que una estrella. Esto no es teología. No me siento inclinado hacia los dioses. Pero experimento un nuevo amor por ese resplandeciente instrumento que es el alma humana; es algo maravilloso y único en el universo, siempre atacada y jamás destruida, gracias a ese tú podrás.
Bajo su caparazón de cobardía, el hombre aspira a la bondad y quiere ser amado. Si toma el camino del vicio, es que ha creído tomar un atajo que le conduciría al amor.
Aron, esto pasará. Sólo tienes que esperar un poco. Ya sé que no es un gran consuelo, porque no te lo crees, pero es lo mejor que puedo hacer por ti. Trata de comprender que las cosas no son ni tan buenas ni tan malas como ahora te parecen.
La disciplina de la palabra escrita castiga tanto la estupidez como la falta de honradez.
En medio de la duda, estoy seguro de que por debajo de las capas superficiales y exteriores de fragilidad, los hombres desean ser buenos y quieren ser amados. Verdad es que muchos de sus vicios no constituyen más que atajos que intentan abrir para llegar al amor.
El hombre, a diferencia de cualquier cosa orgánica o inorgánica del universo, crece más alla de su trabajo, sube a las estrellas de sus conceptos, y emerge al frente de sus logros.
Las ideas son como los conejos. Usted recibe una pareja y aprender a cuidarla, y muy pronto tiene una docena.
¡Qué labor nos ha tocado!, ¿eh?
No; al intendente no se le puede detener. El intendente es una idea concebida por hombres libres, y eludirá la detención.
Una pregunta es una trampa, y una respuesta pone el pie en ella.
Una verdad a la que no se da crédito nos hiere mucho más que una mentira. Requiere un gran valor respaldar una verdad inaceptable para nuestra época; conlleva siempre un castigo, que suele ser la crucifixión.
Casi nunca un tipo muy listo es un hombre bueno.
La cálida intimidad y la confianza que le demostró su padre eran cosas dignas de ser recordadas. Incluso llegó a decirle: Tengo confianza en ti. Ante este pensamiento, se sintió mucho más reconfortado.
El arte del descanso es una parte del arte de trabajar.
Una ciudad se parece a un animal. Posee un sistema nervioso, una cabeza, unos hombros y unos pies. Cada ciudad difiere de todas las demás: no hay dos parecidas. Y una ciudad tiene emociones colectivas.
Los escritores están un poco por debajo de los payasos y un poco por encima de las focas entrenadas.
Cuando un hombre dice que no quiere hablar de algo, suele significar generalmente que no puede pensar en nada más.