Imágenes
No hay riqueza sino vida.
John Ruskin
El arte es la expresión del deleite del hombre en la obra de Dios, no en la propia.
El resultado final y el fin de toda riqueza es producir el mayor número posible de hombres de pulmones sanos, ojos brillantes y corazón feliz.
Cuando yo os digo que la guerra es la raíz de todas las artes, quiero significar también que es la raíz de todas las grandes virtudes y facultades humanas.
Ni los días ni la vida entera pueden ser santificados sin hacer nada.
Lo que se hace en competencia con otros, nunca resulta bello; ni noble, lo que se hace con orgullo.
La escultura no consiste en el simple labrado de la forma de una cosa, sino el labrado de su efecto.
De la rivalidad no puede salir nada hermoso; y del orgullo, nada noble.
La vulgaridad sólo se encuentra en el ocultamiento de la verdad o en la afectación.
Libro que no vale mucho no vale nada.
Podemos vivir sin arquitectura y practicar el culto sin ella; pero no podemos recordar sin su auxilio.
Cuando el hombre no mira a la Naturaleza, siempre cree que puede mejorarla.
Cuanto más pienso en ello, tanto más me convenzo de que, ordinariamente, en el fondo de todas las grandes equivocaciones se encuentra el orgullo.
El sendero de una mujer buena está sembrado de flores, ciertamente; pero éstas surgen detrás de sus pisadas, no delante de ella.
Desterrar la imperfección es destruir la expresión, oponerse al esfuerzo, paralizar la vitalidad.
Hablamos del alimento para el alma, igual que del alimento corporal. Pues bien: un buen libro contiene, sin agotarse nunca, ese alimento; es una provisión para toda la vida y para la mejor porción de nosotros.
La paciencia que sonríe a la adversidad, está en pie casi siempre, o bien anda o tal vez corre; rara vez está sentada.
La vida es un vaso mágico lleno hasta el borde, ideado de tal manera que no puedes ni bañarte en él, no tomar de él; pero se desborda en la mano que arroja tesoros a su interior. Arroja malicia y desbordará odio; arroja caridad y desbordará amor.
Estoy convencido que la primera prueba de un gran hombre consiste en la humildad.
No hay normas o muestras para la producción de una gran obra de arte. No sería arte sino fabricación sobre medida.
Si hay un principio grabado en cada átomo de la creación visible más profundamente que otro alguno, este principio no es la libertad, sino la ley.
La misma baratura de la literatura hace olvidar, aun a la gente educada, que si un libro es digno de leerse, es digno también de que se le compre.
Realmente los grandes hombres tienen el curioso sentimiento de que la grandeza no está en ellos, sino a través de ellos. Y ven algo divino en cada hombre.
Cada vez que las facultades humanes alcanzan su plenitud, necesariamente se expresan mediante el arte.
Cuando los hombres están ocupados en cosas honestas, sus diversiones nacen de su propio trabajo.
Recuerda que las más bellas cosas en el mundo son las más inútiles; los pavos reales y los lirios, por ejemplo.
No hay arquitectura más excelsa que la basada en la simplicidad.
Arte bello es aquel en el que la mano, la cabeza y el corazón marchan juntos.
El colmo de la vida sólo puede lograrse con el colmo de la virtud.
El conocimiento de la belleza es el verdadero camino y el primer peldaño para la comprensión de las cosas que son buenas.
La verdad: la única cosa para la cual no hay grados, sino perpetuos desgarrones y rupturas.
La sinceridad es la raíz de todas las virtudes.
Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón.
La Naturaleza guarda bajo llave sus mejores secretos, hasta que alguno se acerca a investigarla reverentemente.
El periodo durante el que cualquier pueblo alcanza la cima del arte, es precisamente aquél en que parece firmar la sentencia de su propia ruina.
Más vale una muleta que la pérdida de un miembro.
Cuantas veces las facultades del hombre llegan a su plenitud, deben expresarse por medio del Arte.
Un buen libro no sólo se escribe para multiplicar y transmitir la voz, sino también para perpetuarla.
A unos esclavos se les compra con dinero; a otros, con adulación. La moneda empleada en este tráfico es lo menos importante. La señal distintiva de la esclavitud es tener un precio y venderse por él.
Puede definirse como naciónfeliz, aquella en la cual la mano de los maridos está sobre el arado, y la de las mujeres con la aguja de coser.