Imágenes
¿Qué adelantas sabiendo mi nombre? Cada noche tengo uno distinto.
Joaquín Sabina
Las niñas ya no quieren ser princesas, y a los niños les da por perseguir el mar dentro de un vaso de ginebra.
De ti depende y de mí que entre los dos siga siendo ayer noche, hoy por la mañana.
Dormir contigo es estar solo dos veces, es la soledad al cuadrado.
No es que no quiera. Es que no quiero querer...
Vístete de putita, corazón, vuélveme loco.
En Comala comprendí que al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver.
Qué pequeña es la luz de los faros de quien sueña con la libertad.
¿Como van a caber tantos besos en una canción?
Me acuso de morirme sin tu boca, confieso que desde que te has marchado sólo bailo en las fiestas donde tocan.
No me grites, dijo el sordo.
No hace falta permiso para rodar desnudos Por el piso.
Yo, de joven, quisiera ser como él. Mi primo Joan Manuel.
A orillas del Moldava las olas me empujaban, a dejarte por darte la razón.
Mas vale que no tengas que elegir, entre el olvido y la memoria.
Qué difícil intentar salir ilesos de esta magia en la que nos hayamos presos.
Lo atroz es no querer saber quién eres, agua pasada, tierra quemada.
Gracias a ti he sabido que la verdad.
Solicita con fines poco serios señora aficionada al adulterio.
Buena suerte, dijo el gafe.
Cuando al punto final de los finales, no le siguen dos puntos suspensivos.
Que mueran por amores los dictadores y los notarios.
¿Por qué me sigo jugando?
A los quince los cuerdos de atar me cortaron las alas.