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Lo malo del trabajo es depender de otro ser humano, acatar sus reglas y poner tu inteligencia, tu voluntad y tu energía a su servicio.
Joaquín Berges
La felicidad es una aparición fantasmagórica, tétrica, como el espectro de un ente muerto. Debería asustarnos. Aterrarnos. Sobreviene siempre en forma de recuerdo, cuando ha dejado de existir y ya es demasiado tarde para revivirla.
El amorinsatisfecho representa la imposibilidad de vivir. Es como una enfermedad, un cáncer que te mina los órganos vitales y te va convirtiendo en un cadáver.
A veces olvidamos que solo somos unos pobres mortales con fecha de caducidad, igual que los alimentos envasados al vacío.
La patria, la tierra, los pueblos que conquistamos, la distancia que avanzamos hacia el enemigo no son más que una fantasía bélica, una aventura de ficción.
Nada hay más inquietante para un cónyuge que tratar de imaginar lo que se esconde tras el silencio de su pareja.
Las guerras no son fortuitas. No son una enfermedad o un accidente. Son una forma deliberada y gratuita de matar a los hombres.
No conocemos la ilusión del porvenir. Vivimos minuto a minuto, hora a hora, día a día, como las ratas y los insectos, sin hacer planes para el día siguiente ni hablar del pasado, como si tampoco tuviéramos memoria. No tenemos esperanza ni memoria.
Algunos sueños de la adolescencia, quizá todos, están destinados a no cumplirse.
Todo mundo necesita un sitio donde regresar.